Big Novel

Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 129
Después de hablar, se inclinó para besar a Elia, pero sus labios aún no habían tocado los de ella cuando “Pum!” La puerta del
cuarto de almacenamiento fue pateada con fuerza.
El gran ruido hizo que Javier se girara hacia la puerta. La luz del umbral iluminaba la habitación, y un hombre grande y fuerte
entró contra la luz.
Antes de que pudiera ver quién era, el hombre lo agarró por el cuello y lo lanzó con fuerza contra la pared.
Con la espalda golpeando la pared, gruñó de dolor, y un hilo de sangre comenzó a fluir de su boca.
El hombre se adelantó y lo pateo volando hasta la otra pared, haciéndolo caer como un saco de papas.
Javier volvió a escupir sangre.
Elia vio con horror cómo Javier era expulsado, ansiosa y asustada, intentó levantarse y correr.
Pero apenas habia dado un paso cuando alguien la agarró del brazo.
Asustada, se volvió y mordió con fuerza el hombro del hombre, lo mordió tan fuerte que sus mejillas temblaban.
Queria que la soltara. No queria ser humillada, no queria ser destruida.
Queria escapar y buscar ayuda.
Ya habia vivido algo similar hace cinco años. Aquel sentimiento de miedo e impotencia aún la atormentaba, a menudo
haciéndola sentir sofocada

No queria volver a vivir tal tragedia.
El hombre sintio dolor en el hombro por la mordida, pero su gran autocontrol y tolerancia al dolor hicieron que ni siquiera
frunciera el ceño.
Sus profundos ojos observaban a Elia, que mordia con todas sus fuerzas, hasta el punto de que su cuerpo temblaba.
Justo como hace cinco años, en esa noche de tormenta.
De repente, una imagen pasó por su mente. La imagen de Elia mordiéndolo ahora y la mujer que lo había mordido hace cinco
años en esa noche de tormenta se superpusieron.
Era una sensación familiar.
Tan familiar que casi podia ver la escena de aquella noche de nuevo.
El dolor causado por su mordida era como el olfato de un depredador ante su presa.
Sus ojos estaban fijos en Elia, tan profundos como el océano
Elia ya habia agotado todas sus fuerzas, mordiendo hasta que sus dientes se sentían flojos, pero el hombre no soltaba su
mano.
Asustada y desesperada, soltó su mordida y pateó al hombre “¡Sueltame!”
El hombre esquivo hábilmente su patada, y soltó su mano.
Elia, liberada, corrió lo más rápido que pudo

El hombre dio un paso al frente, agarrándola del hombro, tratando de hacerla parar
“Sueltame, sueltame Elia, agitada y asustada, luchó para liberarse.
“Elia, caimate, soy yo‘ El hombre la giró para que lo mirara
El rostro temeroso de Elia se congeió en un instante Levantó sus ojos llenos de miedo, y a través de su visión borrosa, vio el
rostro quapo de Asier
Su cuerpo, teniso por el miedo y el pánico, se relajo de golpe, y cayó hacia adelante
El hombre la atrapó a tiempo y la sostuvo en sus brazos
Su ropa ya estaba rasgada Aunque todavia llevaba una camiseta sin mangas por dentro, la piel da su brazo hasta su pecho
estaba expuesta, era suave y delicada
Erama de otoño era muy frio, y Asier se preocupó de que no estuviera iu suficientemente abrigada, por lo que la detuva.
Mientras la sostenia, sê quó su chaqueta y la puso sobre ella
“Uuuh Uuuh ‘Eka apoyada en su pecho, comenzó a turar ● tágrima viva, aún conmocionada por ei suatu.

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