Capítulo 465
Quincy también estaba aterrada.
Siguió retrocediendo y llegó al borde de la cama. Entonces, en un momento de descuido, se cayó de la misma.
Lome se acercó a ella y la levantó.
Quincy quería resistirse, pero su cuerpo aún se estaba recuperando tanto del veneno de serpiente como de la droga de
Quentin. Todavía estaba débil y no podía reunir fuerzas para defenderse.
Lome se rio. "¡Jajaja! ¿No puedes más, Quincy? No te preocupes, haré que te sientas bien".
La arrojó sobre la cama y luego empezó a quitarse la ropa.
Después de eso, miró a Thea, que se había puesto pálida, y sonrió con satisfacción. "No te preocupes, pronto será tu turno".
James y May llegaron al hotel.
James sentía que algo no andaba bien en cuanto se acercaron a las instalaciones. Notó a los extraños haciendo guardia afuera.
Corrió hacia el hotel. En cuanto entró, vio gente en todas las escaleras principales.
No mostró piedad y los eliminó a todos, luego corrió al segundo piso, derrotando a gente por el camino.
Cuando llegó a la habitación de Quincy, también vio gente montando guardia alrededor de la puerta.
Adentro.
Lome se había quitado la ropa.
Meneó el cuerpo hacia sus dos corderos y se rio. "Allá voy...".
En ese momento, escuchó un alboroto produciéndose en el exterior.
"¡¿Qué está pasando ahí fuera?!", gritó mientras se daba la vuelta.
Al darse la vuelta, la puerta se abrió y entró un hombre con expresión sombría.
"Así que por fin estás aquí, James. He estado esperando...".
A Lome no le habían salido las palabras cuando James marchó hacia él y lo agarró, lanzándolo brutalmente hacia la ventana.
Lome atravesó el cristal y salió volando. Cayó al suelo dos pisos más abajo.
"Ah...".
Un grito agonizante llegó desde el exterior, luego poco a poco fue extinguiéndose.
"¿Estás bien, querida?". James corrió hacia Thea, quien estaba encogida, y se enfureció al ver la huella de su mano en la cara.
"¡Lo mataré!".
Salió corriendo por la ventana y saltó.
"¡Ahh!".
Un grito desgarrador recorrió la habitación. Quincy y Thea se estremecieron ante el ruido.
Muy pronto, James regresó.
'Ya está bien, cariño. Me ocupé de ese pequeño problema".
"¿Cariño? ¿L-Lo mataste?". Thea estaba pálida.
James agitó la mano. "No. Se cayó desde el segundo piso. Como mucho, solo se rompió algunos huesos y tuvo una contusión.
Aunque le rompí la tercera pierna. A partir de ahora no podrá volver a usarla".
"Oye, James. Yo soy la víctima aquí. ¿Qué tal unas palabras de consuelo?".
James miró a Quincy.
Todavía llevaba su traje de tres piezas. No se había quitado nada. ¿Cómo era ella una víctima?
"Él solo te abrazó o algo así. No es gran cosa”, dijo James con indiferencia.
"Por qué, tú...".
Quincy se sonrojó.
James sacó su teléfono y llamó a la policía.
Lorne se estaba volviendo demasiado audaz, noqueando a tanta gente con un gas sedante ¡legal como ese.
En ese momento entró May.
"¿Q-Quién es, cariño?".
Thea miró a May con el ceño fruncido.
"Bueno...”. James fue tomado por sorpresa y no se le ocurrió ninguna excusa.
May, en cambio, reaccionó a tiempo. "Hola, Thea. Soy May Argentum, una guardaespaldas que el Señor Caden contrató para
protegerte en secreto. Me hirieron en una pelea cuando entraron estos intrusos. Te pido disculpas por el susto que tuviste que
soportar debido a una negligencia en el cumplimiento del deber por mi parte”.
"¿Guardaespaldas?".
Thea miró a James, confusa.
"Ah, sí". James se rascó la cabeza y continuó: "Me preocupaba que te volviera a pasar algo después de aquel secuestro, así
que contraté en secreto a una guardaespaldas para ti. Fue gracias a que May me despertó del gas sedante que pude venir a
salvarte".
"Oh, ya veo".
Thea se dio cuenta.