Capítulo 387
Amelia los conocía demasiado bien y por eso, desde que estuvo embarazada hasta ahora, no se atrevió a compartir detalles
sobre su hija, ni siquiera con su propio padre, Fausto. Temía encontrarse en la situación actual.
El vinculo de sangre entre padres e hijos es más fuerte que el matrimonio, algo que no se puede borrar y queda grabado en el
ADN de por vida. Si descubrieran la existencia de Serena, simplemente usarían su relación como tío y abuela para interferir aún
más en la vida de Dorian y su familia.
Amelia no quería que eso ocurriera.
Vivian en las afueras de la ciudad, cerca del aeropuerto, a varias millas de distancia. No sabía por qué seguía encontrándose
con ellos allí,
La actitud de Fabio de fingir defenderla la hacía temblar de miedo, recordándole los dos años de matrimonio en los que su vida
estuvo controlada por personas ajenas a ella.
Pero, como siempre, Fabio carecía de empatía para comprender su situación. Frente a su furia, solo la criticaba más,
acusándola de no reconocer lo que tenía, de ser débil y tonta, de desperdiciar sus mejores años en tener una hija para un
hombre que ni siquiera le aseguraba un futuro.
“¿Crees que esto te hace noble?“, le reprochaba Fabio, exasperado. “¿Crees que él te agradecerá o se sentirá culpable? No
seas ingenua. No esperes conciencia de un hombre. Los sentimientos se desvanecen, pero el dinero es real. Si no aprovechas
ahora para asegurarle algo más a tu hija, te arrepentirás.”
Amelia respondió: “Mi situación es diferente. Descubrí que estaba embarazada después del divorcio y decidí tener a mi bebé en
secreto. Solo quería tener a alguien de mi sangre, eso es todo. Tengo la capacidad de cuidar a mi hija, por favor no proyectes
tus ideas en mi vida.”
“¿Tienes capacidad? ¿Qué tan capaz puedes ser?“, Fabio la despreciaba. “No importa lo capaz que seas, ¿puedes compararte
con su padre? ¿Tienes su riqueza.o su posición social? Nuestra familia ni siquiera se acerca a la de ellos. Lo que más odio es tu
actitud de poner siempre los sentimientos por delante, de pensar que con amor no necesitas dinero. El amor no llena el
estómago. Alguien inteligente ya habría buscado la manera de que la niña fuera reconocida por su familia paterna. Solo tú te
aferras a tu orgullo ridículo.”
Era imposible ponerse de acuerdo.
Como siempre, Fabio y ella no podrían entenderse.
Amelia no dudaba de que él, en su papel de tío de Serena, comenzaría a acercarse a Dorian y a sus padres, buscando
fortalecer sus conexiones y mantener su estatus.
Mirando a Fabio, se sentía completamente desamparada.
A ellos no les importaba si ella estaba bien o mal; podían hacer lo que quisieran.
Ya no tenía lazos con esa familia, ni tenía forma de controlarlos.
Los padres de Dorian no estaban de su lado; de hecho, eran hostiles. Siempre buscaban errores en ella para justificar las
etiquetas que le habían impuesto. Sin importar si tenía algo que ver con Blanca y Fabio, ellos siempre usarían su
comportamiento para reafirmar sus juicios sobre ella.
Al final, Amelia y Dorian volverían al mismo punto de partida.
Se sentía terrible.
“Hermano“, dijo con la voz suave y un nudo en la garganta, “en todos estos años, ¿alguna vez me has considerado tu
hermana?”
Fabio se quedó petrificado cuando le hizo la pregunta.
1/1
09:39
Capitulo 388
*No podran considerar un poco lo que sento yo? Amela tenia los ojos ligeramente rojos mientras miraba a Fabio, “Donan y yo
no nos juntamos por amor, fue un embarazo inesperado lo que nos forzó a estar juntos, pero nunca hubo une base emocional
entre nosotros. Sus padres tampoco me quieren, piensan que fui yo quien maquinó y se obsesiono con casarse con el y cada
vez que meme y tú iban a verlos en mi nombre, reafirman más su creencia que solo estoy detros de su fortuna y estants. Los
dos años que pasé en su casa fueron muy duros y ahora que finalmente estoy saliendo acelarte podras dejar de complicame la
vida? Podemos valemos por nosotros mismos, por favor?” Justo cuenco Donen se acercaba se detuvo al escuchar las palabras
de Amelia.
Amelia miraba a Facio con los ocs húmedos y un nego en su mirada
Casi suplicate a Fabio intentando convencero con sus emociones.
Pero era evidente que Fabio era inmure a ese too de argumemos.
Solo fruncio el ceño con imcacerca Sfamila poltica no te quiere, ese es tu problema. Mira, ni en tu propia familia caes bien, no te
llevas con nadie tenes que cambiar esa actrud tuya, si no, nunca te llevarás bien con nadie. Debes reflexionar y aprender a ser
una buena esposa, una buene nuera....
No pudo decir mes Donar acero les rames que tena delante y dio un peso al frente.
“El que debe reflexionary cambiar eres t
Por instinto, Fabio miro hacia la fuerte de la voz y all ver a Donan acercandose, se sorprendió, luego rápidamente puso una
sonrisa: “Curado, ¿como estas? ¿Estas ber?
Y siguió diciendo con una rse Amelia es un poco testarude a veces, a veces me frustra. Estaba hablando de eso.” “¡No te
molestes!” Donan dio con toro frio, ya estace al lado de Amelia y tomó su mano, “Ella está bien, no necesita cambiar y mucho
menos recesita tus lecciones‘
Amelia lo miro sorprendida.
Dorian estaba frente a ella, mirando a Fabio, su perfil luminado por la luz parecia frio y su mirada también.
La sonrisa en el rostro de Facio se desvanecia, pero siguió la comente de Dorian diciendo: “Claro, claro, si tú no tienes
problema, está bien.”
Tal vez por sentirse culpable o por la incomodidad, Fabio no quiso quedarse más y señalando en la dirección por la que había
venido dijo: “Mi esposa y mi hija me estan esperando, no quiero molestarios más, ustedes charlen, luego los invito a comer‘
Luego se despidio de Amelia. “Meli, yo me voy, cuando puedas trae a la niña a casa para que vea a sus abuelos.”
Luego se fue, dio unos pesos y volvió a miraria: “Ah, cierto, pensando en que Lea tendría más facilidad para estudiar, nos
mudamos al centro de la ciudad. Los abuelos vendrán a ayudar con mi hija y también se mudarán. Pensamos que aún estabas
en el extranjero y que seria muy cansado para ti venir expresamente para eso, así que no te avisamos. Después te mando la
dirección”
Amelia apretó sus labios sin hablar, sus ojos se humedecieron aún más.
Cuando la figura de su hermano desapareció de su vista, las lágrimas fluyeron libremente, se sintió muy dolida.
Por más fria que le pareciera esa familia, después de todo, fueron quienes la ayudaron a crecer.
Ser informada de esa manera que se habían mudado y la indiferencia de ellos seguía doliéndole.
Dorian la miro sin decir nada, dio un paso adelante, abrió sus brazos y la abrazó suavemente, acariciando su espalda en
silencio para consolaria
Las lágrimas de Amelia pronto empaparon su pecho.
La abrazó con más fuerza y con voz baja, le dijo al oido: “Ya pasó.”
Esas palabras suaves hicieron que las lágrimas de Amelia volvieran a brotar.
09:39
Capitulo 388
No quería llorar, pero no podía contener las lágrimas.
Cuando eran estudiantes y ella estaba triste, él la había consolado de la misma manera.
Era la primera vez en años que Dorian la abrazaba así y la consolaba con esa voz suave diciéndole “ya pasó“.
Ella estaba atrapada en una mezcla de emociones; un poco de nostalgia, un poco de anhelo y una pizca de tristeza
inexplicable. Sus manos se aferraban a la ropa de Dorian con un deseo de no soltar, pero al mismo tiempo, con cierta
vacilación.
Él la abrazó más fuerte, sosteniendo su cabeza en su palma y presionándola contra su pecho con mayor cariño. Con la otra
mano, acariciaba su cabello, en un gesto lleno de ternura y protección.
El calor que emanaba del pecho de Dorian casi hace que Amelia se quiebre en ese instante, pero después de una breve
vacilación, también lo abrazó con fuerza.
Amelia no lloró mucho tiempo en los brazos de Dorian.
Después de liberar sus emociones iniciales, se esforzó por controlarse.
Cuando finalmente se calmó y levantó la mirada, se sintió un poco avergonzada, especialmente frente a Dorian.
Al mirarlo, sus ojos se desviaban, incapaces de sostener su mirada.
Él levantó su mano y con el dorso de sus dedos, le limpió suavemente las lágrimas de las esquinas de sus ojos.
“¿Estás mejor?“, preguntó con voz suave.
Ella asintió ligeramente: “Sí.“.
“Gracias,” agregó en voz baja, su voz todavía ronca.
Dorian simplemente le sonrió y continuó observándola, secando meticulosamente cada lágrima de su rostro con una
mirada seria y atenta.
“¿Siempre te tratan así?“, preguntó Dorian, su voz aún suave.
Amelia no respondió directamente, en lugar de eso, le dijo suavemente: “Mi hermano, él suele complacer a quienes considera
de mayor status. Ahora que ha descubierto la existencia de nuestra hija, probablemente usará su conexión como tío de Serena
para acercarse a ti, o a tus padres. No tienes que prestarle atención.”
“Entendido,” respondió Dorian.
“Y sobre tus padres...” Amelia se detuvo, “si tienes la oportunidad, adviérteles también. Si ven a mi hermano, a mi madre o
incluso a mi padre acercarse, que los echen sin más, no tienen que tratar con ellos.”
Él asintió: “De acuerdo.”
“Gracias.” Amelia le agradeció por costumbre. Parecía que aparte de “gracias“, no encontraba mejores palabras para expresar
su gratitud.
Dorian continuó sonriendo, ajustó su cabello y luego preguntó en voz baja: “¿Vamos de regreso?”
Ella asintió de nuevo.
Ambos se dirigieron hacia el centro de visitantes.
Serena estaba visiblemente exhausta, pero resistía el sueño, esperando su regreso.
Al verlos llegar, se alivió y con un tierno “papá, mamá“, corrió hacia ellos.
Pero al acercarse, esta vez no se dirigió a Dorian, sino que abrió sus brazos hacia Amelia y la llamó “mamá“.
Ella se inclinó para alzarla en sus brazos.
La niña se acurrucó en su regazó, abrazándola con fuerza.
Frida notó inmediatamente los signos de lágrimas en el rostro de Amelia y preguntó con preocupación: “¿Estás bien?”
Amelia le sonrió y negó con la cabeza: “Estoy bien.”
211
09.30