Niña en sus ojos Reina en su tierra


Capitulo 472
Esta vez, no tuvo que esperar mucho para recibir la respuesta de Jazmin.
Fue una contestación breve, solo una palabra: "No".
Si no estaba sola, eso significaba que habla alguien más con ella.
¿Quién estaría acompañandola? ¿Abner, Jaime; o alguien más...?
Los profundos ojos de Elio se entrecerraron una vez más, la atmósfera a su alrededor se volvió un poco tensa mientras miraba el teléfono durante un buen minuto antes de responderle: "Estoy cerca del hotel, aún no he cenado, ¿te unes?"
Unos segundos después, sin esperar la respuesta de Jazmin, le envió otro mensaje: "Te compré un pequeño regalo, te lo llevaré en un
rato".
Dentro del salón privado.
Max y los demás seguian hablando sobre el encuentro con Magda y Santiago en la planta baja.
Jazmín los escuchaba sin decir nada, sin unirse a sus ofensas, como si estuviera oyendo un chisme que no tenía nada que ver con
ella.
Su teléfono volvió a vibrar dos veces.
Miró su teléfono y al ver que Elio decía que iba para allá, llamó a uno de los meseros del salón: “Podrías traernos otro juego de cubiertos, por favor".
"Claro, señorita." El mesero le respondió con una actitud especialmente amable, su voz sonaba suave y respetuosa, sonriendo, "¿Algo más que necesite?"
Jazmin negó con la cabeza.
"Está bien, en un momento regreso".
El mesero se dio la vuelta y salió del salón.
Loreto, sentado frente a Jazmin, también estaba entretenido con su teléfono, acabando de terminar una partida, alzó la vista hacia Jazmin y le preguntó: "¿Viene alguien más?"
"Mmm." Jazmín también estaba jugando, apenas comenzando una partida, eliminó a unos cuantos monstruos menores y subió de nivel rápido, atrapando a varios oponentes. No había pasado ni dos minutos y ya había eliminado a cuatro jugadores.
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Loreto pareció captar algo, su expresión se oscureció un poco.
Dejó su teléfono sobre la mesa, con un tono ligeramente molesto le preguntó: "¿Es mi hermano?"
"Mmm." Jazmín ayudó a su equipo a ganar otra batalla, obteniendo otro punto fácilmente.
Así que era su hermano.
Loreto apretó los labios, sus ojos destilaban un evidente fastidio.
Su hermano realmente no tenía vergüenza.
"¿Elio viene?"
Al escuchar que Elio estaba en camino, Max y Aragón se mostraron sorprendidos e intrigados.
No sabían que Elio estaba tratando de conquistar a Jazmín.
En ese momento, alguien tocó a la puerta.
Todos en el salón pensaron que era el mesero y dijeron que pasara, pero al abrirse, vieron a un empleado de la floristería con un gran ramo de rosas en brazos.
"¿Quién es la Srta. Jazmín?" El empleado de la floristería, cargando el ramo, observó a las personas sentadas en la mesa y le preguntó educadamente.
Todos los ojos se fijaron en Jazmín.
Ella levantó lentamente una mano.
"Srta. Jazmín, buenas tardes, este es un ramo que un señor de apellido Real ha ordenado para usted. Por favor, firme aquí para
recibirlo." El empleado, impresionado por la belleza de la jover frente a él, le pasó el pesado ramo de rosas rojas. 
Jazmín miró el ramo que el empleado le extendía, frunciendo ligeramente el ceño.
Después de unos segundos, extendió la mano para tomarlo y firmó.
"Srta. Jazmín, que tenga un feliz cumpleaños. Con su permiso, los dejo."
El empleado de la floristeria se marchó rápidamente.
Las expresiones en los rostros de todos en la mesa variaron.
Loreto miraba el ramo de rosas rojas, cada vez más molesto.
Max y Aragón estaban confundidos y curiosos, incapaces de resistir lan tentación de preguntare: “Jaz, ¿quién te envió las flores? ¿El te está
cortejando?" 
Abelia, al tanto de la situación, sonreía alegremente, pensando en lo bueno que era su primo para conquistar chicas.

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