Capitulo 147
Fernando volvié a su asiento detras del escritorio mientras Sabrina salia de su
oficina.
Recogio el plano y estudié los disefios del juego de muebles para nifios. Luego,
saco su teléfono y llamé a Ramiro. Ramiro,
te necesito en mi oficina.
Luego, colgd y continud estudiando el plano.
El joven no pudo evitar pensar en Sabrina mientras miraba el plano. Recordé
como ella habia luchado contra él y lo insulté. No habria permitido que nadie
més hiciera lo mismo. Esa persona no habria salido viva de su oficina.
Pero Sabrina si. Sus palabras mordaces no habian molestado en absoluto a
Fernando. Todo lo que hizo fue intensificar su deseo de tenerla.
Hacia mucho tiempo que Fernando no conocia a una mujer que no se rindiera
ante él.
Juré que si metia a Sabrina en la cama, se aseguraria de que no saliera de la
habitacion durante los préximos tres dias.
Los pensamientos de Fernando se alejaban cada vez mas de los planos. Fue
entonces cuando Ramiro llamo a su puerta precipitadamente. El joven se acercé
al escritorio de Fernando e inclind la cabeza cortésmente. “Sr. Santander,
¢.cudles son sus instrucciones?
“Quiero que consigas un vestido para Sabrina Bracamonte. Es disefiadora de
Alta Costura JK. Asegtirate de que sea el mejor vestido que puedas encontrar”,
dijo Fernando mientras volvia a pensar en el presente. Luego, comenzé a
estudiar el plano ante el nuevamente.
Hoy era el cumplearios de Sabrina. Habia hecho su tarea y habia recordado
algunas fechas importantes.
Los cumplearios eran importantes. La mujer se merecia un trato especial en la
suya.
Ramiro se quedd helado al escuchar lo que habia dicho Fernando. No entendia
por qué Fernando queria comprarle un vestido a Sabrina.
El joven recordé que Fernando solia despreciar a Sabrina y queria que ella no
se interpusiera en su camino.
Qué estaba pasando con su jefe?
Tomado por sorpresa, el asistente personal de Fernando cayé en un prolongado
silencio en lugar de responderle a su jefe. Fernando finalmente levanté la vista y
se apartd del plano. Una astilla de disgusto onded en sus ojos oscuros.
“¢Necesitas que me repita?”
Fernando estaba claramente a punto de hacer una rabieta. Ramiro sacudié la
cabeza con miedo. “Claro que no, sefior Santander. Mis disculpas.”
“Hare los arreglos necesarios de inmediato”.
Ramiro podia sentir el sudor frio corriendo por su espalda. Las consecuencias de
un Fernando Santander enfadado eran inimaginables.
El joven se dio la vuelta y estaba listo para salir de la oficina de Fernando
cuando de repente recordé algo. Se dio la vuelta con cautela y pregunté con voz
incierta. “Sr. Santander, no tenemos las medidas de la Sra. Bracamonte.
Confeccionar un vestido para ella seria imposible sin sus medidas”.
Fernando queria que Sabrina tuviera un vestido a la medida.
Pero tenia que tener las medidas de la mujer antes de poder hacer el vestido en
primer lugar.
“Entrégales esto”. Fernando agarré un boligrafo y garabateé rapidamente
algunas cifras en una tira de papel. Eran las medidas de Sabrina.
Al menos, eran las que Fernando creia que eran las medidas de la joven
después de abrazarla por Ultima vez.
Probablemente fueron buenas estimaciones para trabajar.
El joven le tir6 la tira de papel a Ramiro. “Quiero ver ese vestido para el final de
esta noche”.
“Entendido, Sr. Santander.” Ramiro cogid la tira de papel. No se atrevié a mirar
los ntimeros escritos en él. Tenia la sensacion de que sabia lo que Fernando
estaba tratando de hacer.
Estaba tratando de cortejar a la joven.
Esa era la Unica razon que explicaba por que estaba comprando un vestido para
Sabrina.
Habia trabajado para Fernando durante mucho tiempo. Nunca habia visto a su
joven jefe tan atraido por una mujer.
Sabrina fue la primera.
Al hombre parecia no gustarle ella en el pasado, pero cambio de opinion. Nadie
podia decir qué cambi6 la de Fernando.
Tal vez el hombre simplemente tuvo un repentino cambio de opinion.
Ramiro sabia que a Fernando no le agradaria saber que Ramiro habia echado
un vistazo a las medidas escritas en la tira de papel.
Por eso el joven hizo lo correcto al doblar la tira de papel en dos y deslizarla en
su bolsillo antes de salir de la oficina de Fernando.
Mientras tanto, Sabrina habia regresado a Alta Costura JK echando humo y
hirviendo de rabia y resentimiento.
Iba a regresar a su escritorio.Books Chapters Are Daily Updated Join & Stay
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Fue entonces cuando Javier se acercd a ella. Tenia un vaso de té caliente en
sus manos. “Sabrina, compré esto para ti. Ten un poco de té
Sabrina no estaba de humor para el té. Fernando casi la habia vuelto a besar. El
pensamiento de eso envié escalofrios por SU espalda.
No podia soportar al hombre y su acoso.
No podria volver a odiarla como antes?
La joven estaba frustrada. Eran demasiadas las mujeres que se morian por
meterse en los pantalones de Fernando. Estaba su hermanastra malvada,
Pamela y Rain.
Un tercero podria aparecer en cualquier momento.
La matarian.
Ella no queria morir. Todo lo que queria hacer era hacer su trabajo y recibir su
cheque de pago mensual para poder llevar pan a casa para su familia.
Eso explicaba por qué estaba tan frustrada. De hecho, estaba tan frustrada y
molesta que no estaba de humor para tomar el té que Javier cuidadosamente le
habia comprado.
Sus ojos estaban enrojecidos y su voz hosca. “Gracias Javier. Pero no estoy de
humor para el té.
Entonces, la joven volvié a su escritorio.
Javier podia decir que algo andaba mal con Sabrina. Después de pensarlo un
momento, se dirigi6 a su escritorio. “; Qué
ocurrel Tuviste algun problema con el disefio de Lola?”