Big Novel

Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)

Capitulo 228

“¢,Ah, de verdad?” Fernando la miré profundamente como si fuera a comérsela
viva.

Sabrina no aprecio la mirada de Fernando, asi que desvié la mirada y dijo: “Si,
Sr. Santander. El Sr. Hamilton y yo. regresamos a Alta Costura JK”

Javier intervino y dijo: “Sr. Santander, inos vamos?

“¢,Cudl es la urgencia? Tengo algo de qué hablar con la Sra. Bracamonte®.
Fernando hablé con calma en un tono poderoso, “Sra. Bracamonte, ¢,por qué no
tomas mi auto para que podamos hablar en el camino de regreso?

Un escalofrio instantaneamente recorrié la espalda de Sabrina. Sabia que
Fernando no tramaba nada bueno.

“Sr. Santander, por qué no podemos hablar de eso ahora?“. Sabrina ciertamente
no queria compartir un auto con él.

Fernando sonri¢ y dijo: “Sra. Bracamonte, no es como si te fuera a comer vivo,
(verdad? ; Tienes que ser tan reacio? Soy Consejero Delegado del Grupo
Santander. Por qué no puedo hablar con un disefiador de Alta Costura JK?”
Sabrina se quedo sin habla mientras apretaba sus purios con fuerza. Fernando
estaba haciendo esto intencionalmente.

“Sabrina, ;por qué no van tl y el Sr. Santander y toman el mismo auto para que
puedan conversar?” Javier podia decir que Fernando estaba un poco enojado.
A Javier no se le pas6 por la cabeza que Fernando tuviera otras intenciones
hacia Sabrina.

Simplemente no queria que Fernando pensara que la gente de Alta Costura JK
estaba sobre sus cabezas.

Sabrina no queria ir en absoluto, pero se mordié el labio antes de dudar y dijo:
“Esta bien".

“Entonces me voy a mi auto”. En el momento en que Javier terminé su oracion,
se dirigio al estacionamiento.

Sabrina vio que Javier se iba antes de que finalmente se volviera para decirle al
hombre que estaba a su lado: “Sr. Santander, si tienes algo que decir, hazlo
aqui. ¢Por qué deberia llevarme tu coche?

“Tienes tan mal genio“. Fernando la miré mientras hablaba con voz ronca: “Soy
el duefio de la empresa, ésabes?”

“Si esto es realmente por trabajo, naturalmente tomaré tu auto. Solo me
preocupa que no sea un trabajo en lo pensando®. Sabrina miré a Fernando con
enojo.

que estés

“¢ Qué podria querer hacerte?” Fernando se ri¢ suavemente antes de decir:

“¢ Crees que te lo haré en el auto? El coche esta. demasiado reducido, por lo
que es dificil pasar un buen rato alii. No tiene nada de qué preocuparse, Sra.
Bracamonte.

Sus palabras fueron tan francas que el rostro de Sabrina se sonrojé
instantaneamente mientras apretaba los labios con fuerza sin decir una palabra.
Era simplemente demasiado vergonzoso. Cuanto mas conocia a Fernando, mas
se daba cuenta de lo gamberro que era at pesar de que tenia un exterior frio y
altivo.

“Milisegundo, Bracamonte, ¢ vas a quedarte afuera y dejar que todos vean el
sonrojo en tu rostro? Fernando la mird y dijo: “Vamos. Mi coche esta mas
adelante.

Fernando se dirigio al coche.

Sabrina lo miré y reprimié su ira antes de seguirlo.

Después de que finalmente subieron al auto, Fernando se recosté comodamente
en el asiento de cuero antes de decirle al chofer que condujera.

Sabrina mir6 el paisaje fuera de la ventana mientras el auto salia gradualmente
del hotel. Ella dijo con frialdad: “Sr. Santander, ¢de qué quieres hablar?
Ciertamente, Fernando no tenia ningtin asunto de negocios que hablar con ella.
Cerro los ojos ligeramente mientras frotaba suavemente la parte superior de su
cabeza y dijo con indulgencia: “Sra. Bracamonte, ya que eres una mujer tan
inteligente, ino sabes ya por que quiero compartir un auto contigo?

Las palmas del hombre se sentian calidas y buenas.Books Chapters Are Daily
Updated Join & Stay Updated for All Books Updates...

En el momento en que tocé la cabeza de Sabrina, ella pudo sentir una corriente
eléctrica atravesandola e instintivamente

evité su mano.

Como el auto era pequefio, le era imposible esquivarlo, por lo que solo podia
dejar que siguiera tocando su largo cabello.

“Estoy un poco cansado después de tener una larga reunion anoche, asi que
necesito una siesta. Después de que me despierte, te llevare a almorzar®, dijo
Fernando mientras continuaba acariciando su suave cabello con carifio sin
hacerle nada més. Luego retiré la mano y cerrd los ojos para descansar.
Sabrina se giro para mirarlo y se dio cuenta de que realmente estaba
descansando los ojos.

Instantaneamente fruncioé el cefio y fruncid los labios sin decir una palabra.

Por alguna razén, se sentia extrafio cuando estaba a solas con el hombre..

A Sabrina no le gustd esta sensacion, asi que se obligd a mirar el paisaje fuera
de la ventana del auto y dejo de pensar en eso.

Advertisement