Capitulo 241
Mientras Sabrina se levantaba para usar el bafio, su asistente corrié al segundo
piso y la espero en el pasillo del bario del pub.
Ramiro se paré frente a Sabrina, bloqueandole el paso cuando sali¢ del bario.
Luego dijo cortésmente: “Sra. Bracamonte, el Sr. Santander esta esperando en
la terraza del segundo piso“.
¢ Fernando también esta aqui?
Sabrina fruncid el cefio y se sintié un poco repulsiva en ese instante cuando dijo:
“Lo siento mucho, pero ahora no es horario de trabajo. No quiero ver a su Sr.
Santander”. Sabrina queria irse después de decir eso.
Sin embargo, Ramiro la siguid y le dijo: “Por favor, sefiora Bracamonte, no me
haga esto dificil. El sefior Santander explicitamente queria que lo encontrara
alli“.
Sabrina se mordié los labios mientras se preguntaba como le estaba haciendo
las cosas dificiles a él. Por qué no podia decir que él era quien le estaba
poniendo las cosas dificiles? Luego le dijo a Ramiro: “Sr. Linares, puede decirle
lo que dije".
Ramiro obviamente sabia que podia pasarle el mensaje a Fernando, pero
¢,c6mo podria Fernando aceptar el mensaje de un intermediario de todos
modos?
Lo que queria era que llevara a Sabrina al segundo piso para encontrarse
con él.
Parecia que Ramiro estaba realmente en una situacion muy dificil. Sin embargo,
para completar su tarea, no tuvo mas remedio que ser molestamente
persistente. Por lo tanto, sigui6 de cerca a Sabrina. Sin embargo, Sabrina no
pudo llevarlo a donde estaban Javier y todos, ya que esto haria que todos los
demas la malinterpretaran.
Sin duda seria incapaz de lograr que Ramiro dejara de seguirla de esta
manera.
Se mordi6 los labios y hablé en un tono ligeramente furioso: “Por favor,
lléveme a conocer a su Sr. Santander, Sr. Linares”.
En el instante en que Ramiro la escucho decir eso, inmediatamente asintio y la
llevé a la plataforma VIP en el segundo piso.
Si el piso de abajo era para la gente promedio, entonces el segundo piso era
para la gente extremadamente rica o los nifios ricos mimados.
El precio inicial de un asiento en esta cubierta seria de cien mil délares. Esos
nifios ricos mimados que pasaban el rato en la cubierta miraban a Sabrina con
una mirada depredadora cuando entré.
Esas miradas hicieron que Sabrina se sintiera muy incémoda cuando aparté la
mirada y aceleré el paso con Ramiro para encontrarse con Fernando.
Fernando estaba sentado al final de la cubierta en ese momento.
Cuando Ramiro la acompafio, Sabrina inmediatamente vio a Fernando fumando
elegantemente. El humo rodeaba y oscurecia su hermoso rostro.
Sabrina no estaba de humor para admirar su rostro ya que todos se sentia
molesto. Antes de que Ramiro pudiera decir nada, ella inmediatamente habld
con una voz sutilmente furiosa, “Qué quiere de mi, Sr. Santander?”
“Ven a sentarte conmigo.” Fernando respondié. Podia sentir la ira en su voz,
pero no le molesté mientras la saludaba.
Sin embargo, seria imposible que Sabrina cayera voluntariamente en su trampa,
por lo que se par6 en el mismo lugar y dijo: “Solo di lo que quieras”.
“¢Pensé que ibas a tener una cita con el abogado, Jamie? ;Qué haces aqui?”
Fernando pregunté con una voz profunda y magnética, la miré fijamente con una
mirada depredadora mientras sostenia el cigarrillo entre sus largos dedos.
“Este es mi negocio personal“. Sabrina respondié. Sabrina sabia que él no tenia
nada importante que decirle, asi que le dijo: “Creo que no hay nada importante
que me quiera decir, sefior Santander. Bueno, entonces me voy".
“¢Quién te dijo que no tengo nada serio que contarte?” Fernando se ri¢ entre
dientes mientras su voz sonaba extremadamente atractiva de escuchar.
Sonaba extremadamente atractivo para los oidos.
“¢Entonces que es?”
“Ven aqui.” Fernando respondié. Parecia que era increiblemente paciente al
jugar con ella. Luego dijo: “; Estas planeando seguir hablando conmigo mientras
estas parado alli?”
“¢,0 estas esperando que te arrastre aqui?”
Su comentario sond extremadamente coqueto ya que en el momento en que lo
hizo, Sabrina pudo sentir que se estaba poniendo un poco nerviosa. Luego
permanecio en silencio durante un par de segundos antes de sentarse en el
borde del asiento.
En el momento en que ella se sentd, Ramiro se excuso y se hizo a un lado,
dejando al duo atrds en los amplios asientos.
Fernando levanto la vista y la miré antes de esbozar una sonrisa amable.
mientras se levantaba e inmediatamente se sentaba a su lado. Sabrina
inicialmente queria levantarse después de que Fernando de repente se sent6 a
su lado. Sin embargo, Fernando la agarré de inmediato y la tiré con fuerza hacia
abajo antes de hablar con una voz magnética: “Necesito besarte después de que
estas siendo tan desobediente”.
Sabrina se quedd sin palabras. Se sentia un poco nerviosa de nuevo.
Ella instintivamente se quedo quieta después de eso. Sin embargo, no era
bueno para ella que Fernando estuviera sentado tan cerca de ella. Se sintié6 muy
frustrada cuando el suave olor a tabaco junto con el de él entré en su nariz.
Parecia que dos de sus botones en su camisa negra también estaban
desabrochados, exponiendo sutilmente sus musculos firmes.
Sabrina fue cegada sin querer por esta vista. Inmediatamente fruncié los labios y
estuvo alin mas tentada a irse. Luego dijo: “Solo digame lo queBooks Chapters
Are Daily Updated Join & Stay Updated for All Books Updates...
quiere decir, Sr. Santander”.
Fernando entonces le dio una mirada. Luego se tomé su tiempo cuando extendio
la mano para recoger un vaso de jugo de frutas premezclado de la mesa y se lo
entrego. El dijo: “Pruébalo. Lo he hecho yo mismo®.
Sabrina fruncié el cefio levemente cuando noté el liquido de aspecto colorido en
el vaso y dijo: “No bebo alcohol".
“No lo es. En realidad es jugo de frutas“. Fernando respondié mientras le
entregaba a Sabrina el vaso en sus suaves manos. Afiadié: “Toma un sorbo y te
hablaré de hoy".
Aunque Sabrina no queria beber, después de saber lo irrazonable que era el
hombre, no tuvo mas remedio que beber. Bajo la cabeza y tomé un sorbo.
Inesperadamente, en realidad era muy dulce y sabia muy bien. Realmente era
sin alcohol.
Sabrina no pudo evitar tomar otro sorbo. Sin embargo, se podia ver una gota de
jugo en sus labios cuando terminé.
Fernando lo noté mientras su mirada se atenuaba. Se incliné y sorbi¢ la gota de
jugo de fruta usando sus labios. Luego, presioné suavemente sus labios contra
los suaves y calidos labios de ella. El le hablé con su respiracion profunda y
célida, “El jugo es muy dulce, ¢ verdad?”
Parecia que independientemente de si el jugo era dulce o no, no era importante
de todos modos.
La mente de Sabrina se sinti6 como si una bomba hubiera estallado en ella
mientras su mente se quedé completamente en blanco.