Big Novel

Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)

Capitulo 272

El Bentley negro siguié acelerando por la concurrida calle y no tardaron en llegar
al lujoso apartamento de Fernando.

No la obligé a acompariarlo esta vez, por lo que la atmésfera entre ellos era
bastante relajada para el duo.

Cuando entraron a su departamento, Fernando se quité la corbata y la arrojé
sobre el sofa antes de desabrocharse dos botones de la camisa. Luego dijo:

“¢, Por qué no echas un vistazo a la nevera para ver si hay algun ingrediente?*.
Sabrina dejo su bolso y fue a buscar ingredientes en el refrigerador.

Sabrina siempre habia asumido que para alguien tan ocupado como Fernando, y
aunque tenia una sirvienta para atender sus necesidades, no tendria tantos
ingredientes en su casa. Sin embargo, cuando abrié la nevera, la recibié una
nevera completamente equipada.

Esto hizo que Sabrina se preguntara si él preparé todo esto intencionalmente
para ella.

Lo que Sabrina no sabia era que esos ingredientes, de hecho, los preparaba
Fernando solo para ella.

Sabrina mir6 a través de la nevera por un momento antes de sacar todos los
ingredientes. Fernando ech un vistazo a su direccién y se arremangoé. Se
acerco lentamente a ella y le dijo: “Déjame ayudar.

Sabrina se sobresalté cuando dijo eso y casi dejé caer un repollo al suelo. Miré
nerviosamente al hombre de aspecto serio que estaba alli para ayudar y dijo:
“¢,Sabe como hacer todo esto, Sr. Santander?”

“¢,Coémo podria no saber cémo ayudar?” Fernando respondié antes de _ayudarla
a apartar algunas herramientas de corte. Luego dijo: “¢ Por qué sigues
holgazaneando? ;No necesitas hacer los preparativos antes de cocinar?”
Sabrina dio una expresién simple antes de agarrar el repollo y lentamente
comenzo a cortarlo.

Coloco las verduras picadas en un recipiente de vidrio mientras Fernando
ayudaba a lavarlas. De hecho, parecia que sabia lo que estaba haciendo no
parecia un hombre que no supiera cocinar.

2

Fernando, sin embargo, en realidad no era tan bueno cocinando. Solo pudo
cocinar un plato simple.

Vivio con su abuelo durante varios afios en ese entonces y el anciano lo crié de
una manera muy militarista. Era estricto con él y no permitia que las criadas o el
cuidador que lo acompariaba lo ayudaran de ninguna

manera.

Su abuelo hizo todo esto para que no se sintiera con tanto derecho como los
otros nifios ricos. Entonces, pudo lavar verduras y hacer otras preparaciones
basicas.

Solo pudo hacerse cargo de las operaciones masivas del Grupo Santander
debido a la estricta educacion con la que lo cri6 su abuelo en ese entonces.
Incluso después de hacerse cargo de un negocio tan masivo, no se sentia con
ningtin derecho y, en cambio, era bastante humilde y educado.Books Chapters
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Aunque Sabrina se sentia un poco nerviosa cuando Fernando cocinaba con ella,
sin saberlo, comenzé a conocerlo un poco mejor.

Cuando el hombre estaba en el Grupo Santander, a todos les parecia frio e
intimidante. Sin embargo, recientemente descubri6 que detras de esa fria
fachada, él era en realidad un hombre realmente capaz.

Esto explicaria por qué habia tantas mujeres en la capital que lo adulaban.
Sabrina siguié haciendo la cena con la ayuda de Fernando. Cuando terminé de
preparar una comida de tres platos, el dio se senté y compartié la comida en la
mesa del comedor.

Fernando abrié intencionalmente una botella de vino tinto muy bien — afiejo
antes de la cena.

Le sirvié un poco a Sabrina.

Aunque Sabrina ya no estaba amamantando, todavia no queria beber. Seria
propensa a perderse si bebia, asi que no bebié nada. Empezé a

comer y queria volver a casa tan pronto como terminara de cenar.

Fernando no parecia tener hambre cuando ella comié. En cambio, estaba
probando lentamente el vino tinto en su copa de vino.

Sabrina no queria mirarlo, pero pudo sentir su ardiente y célida mirada. Eso la
hizo inmediatamente comenzar a comer mas rapido.

Mientras engullia su comida, casi se ahoga.

Cuando Fernando noté que le entregé un pariuelo de papel y le dijo: “; Por qué
engulles tu comida? ; Tienes miedo de que te coma?”

Sabrina se limpi¢ los labios con el pafiuelo y respondio: “Terminé. Continte, Sr.
Santander”. Se levanté después de decir eso. Fernando alargd la mano y
presiond su mano sobre la suave mano de ella. Su aliento tenia un leve toque de
vino tinto cuando hablé con voz profunda: “Espérame en el sofa“.

La palma del hombre se sentia ligeramente caliente. Sabrina se sonrojé porque
no estaba acostumbrada a esto.

Ella queria irse.

Pero se dio cuenta de que él apenas habia tocado su comida, por lo que decidié
irse después de que terminé. Ella no protest cuando apart la mano, asintié con
la cabeza y camino hacia el sofa.

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