Capitulo 52
La anciana llevé a Sabrina a la villa y a su gran armario subterraneo.
El armario estaba lleno de seda de primera calidad y el jade mas fino.
Sabrina se movié con cuidado cuando entré al armario con la anciana. Estaba
terriblemente preocupada por chocar con los colgantes de jade que colgaban en
la habitacién y dafiarlos.
Si lo hiciera, no habia manera en la tierra de que pudiera permitirse el lujo de
compensarlos, incluso si vendia todo lo que poseia.
“¢ Eres un recién graduado?” La anciana se acercé a un armario de color ébano
y lo abri6 para revelar su coleccién de sombreros.
“Si, me acabo de graduar no hace mucho.
“Entonces eres bastante joven“. La anciana sonrié y le gusté ain mas Sabrina.
Recuperé un gorro de lana gris claro de la coleccion y se lo entregé a Sabrina
mientras decia: “Quiero usar este tipo de tela para mi nuevo gorro para el otofio®.
Sabrina toc6 el sombrero con cuidado. Estaba hecho de lana mas fina.
“Mdm Henkel, ¢qué tipo de disefio prefiere?”
“Preferiria que no estuviera demasiado de moda. Solo necesito algo que
funcione para mi edad, dijo la anciana suavemente.
“Ya veo. Se me ocurrira el disefio después de que regrese. Me aseguraré de que
esté satisfecho con el producto final“. Sabrina le devolvié el sombrero a la
anciana con cuidado.
La anciana se lo pasé al mayordomo para que lo guardara antes de decirle a
Sabrina: “¢ Has cenado?”.
Sabrina negé con la cabeza. “No. Estaba planeando comer cuando llegara a
casa. Si se iba a casa ahora, todavia estaba a tiempo de cenar con sus queridos
hijos.
“¢ Por qué no te quedas? Tengo que comer sola todo el tiempo, asi que me
encantaria que te quedaras“. La anciana estaba de bastante buen humor y
realmente le gustaba la joven.
“Mdm Henkel, gracias por la oferta, pero no podemos cenar con nuestros
clientes®. Sabrina se sinti6 nerviosa.
No deseaba comer con la anciana. Ademés, estaba en contra de la politica de la
empresa que los empleados cenaran en las casas de sus clientes.
“No te preocupes por eso“. La anciana insistié en que Sabrina se quedara. Se
volvié para decirle al mayordomo. “Puedes enviar a cenar*.
El mayordomo asintio.
“Gracias por su oferta, Mdm Henkel. Nuestra empresa tiene reglas sobre comer
con los clientes”. Sabrina se preocup6 cuando la anciana se negé a cambiar de
opinion.
¢Coémo podia quedarse a cenar?
“Las reglas se pueden cambiar“. La anciana sac6 su teléfono mientras hablaba.
“Llamaré al Sr. Hamilton de inmediato y se lo contaré®.
Hizo una pausa antes de agregar: “Deje de llamarme “Mdm Henkel’. No tienes
que ser tan formal conmigo.
Sabrina la salud6 obedientemente. Comenzé a ponerse alin mas ansiosa
cuando vio a la anciana llamando a su jefe. “... tengo que volver para la cena”
murmuro.
La anciana ya habia presionado marcar y se comunicé en poco tiempo.
La anciana inmediatamente dijo: “Sr. Hamilton, me gustaria que su empleado se
quedara a cenar esta noche. ¢Va a haber algin problema?”
Inicialmente, Javier asumio6 que el cliente estaba llamando porque Sabrina -la
enojaba. Resulté que queria quedarse con Sabrina para la cena. Lo tomé un
poco por sorpresa antes de decir en voz baja: “Sra. Henkel, va en contra de la
politica de la compafiia que los empleados...”
La anciana interrumpié a Javier antes de que pudiera terminar su oracion, “Soy
su cliente més importante. ¢ Su empleado ni siquiera puede quedarse
a cenar?Books Chapters Are Daily Updated Join & Stay Updated For All Books
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Javier se quedo callado y dijo unos segundos después: “Claro.
No vio ningln problema en dejar que Sabrina se quedara a cenar.
Después de que la anciana colgé el teléfono, le dijo a Sabrina: “Sra.
Bracamonte, su superior inmediato ya acordé que se quede a cenar.
Sabrina se qued6 en silencio al instante.
Si se negaba a cenar con la anciana, probablemente perderia esta asignacion.
Bueno, solo fue una cena y no fue nada como entretener a esos clientes lascivos
con bebidas anteriormente.
Sabrina contemplé antes de aceptar: “En ese caso, me quedaré a cenar”.
“Perfecto.” La anciana se ri6 alegremente.
Su brillante risa reverber6 a través de la atmésfera cuando alguien abri6 de
repente la puerta del armario. Una voz familiar vino desde detras de Sabrina.
“Abuela, ¢por qué estas tan feliz hoy?“