Capitulo 70
“¢ Qué estas haciendo aqui?” pregunté Fernando mientras estudiaba a Sabrina
con una mirada insondable en sus ojos. Una astilla de panico brillé en los ojos
de Sabrina.
La joven tragé saliva. Luego, ella respiré hondo. “Sr. Santander, voy a ser
sincero contigo. No te segui y no te estaba esperando aqui.
“Estoy aqui por trabajo. Se supone que debo entregar los prototipos que mi
empresa preparo en la fabrica del Sr. Jamerson*, dijo Sabrina antes de levantar
los borradores en sus manos.
Fernando le dio una buena mirada a la pila de giros en sus manos. El
frunci los labios. “De acuerdo.”
“Pues entonces... si no hay nada mas, voy a entrar ahora, Sr. Santander”, dijo
Sabrina.
La joven tuvo la sensacion de que Fernando no habia captado antes el
contenido de su conversacion. De lo contrario, habria sospechado que -algo
andaba mal.
Sin embargo, no iba a bajar la guardia.
Fernando se volveria absolutamente loco si lo supiera.
Tenia que mantenerse alejada del hombre..
“Tu puedes ir.”
Fernando no traté de detenerla. Sabrina apret6 las corrientes de aire. contra su
pecho y se apresur6 a entrar en la fabrica. Tenia que encontrar a la persona que
estaba a cargo del lugar.
Fernando vio como Sabrina desaparecia dentro de la fabrica. Luego, entré
lentamente con Ramiro a su lado.
La fabrica era enorme. El Sr. Jamerson y su gerencia estaban parados en el
primer nivel, esperando a Fernando. Todos sabian que Fernando iba a estar
aqui para discutir la adquisicion de la fabrica.
Todos sabian quiénes eran el Cuarteto Nordico.
Nadie se atrevia a hacer esperar a Fernando.
No pas6é mucho tiempo antes de que aparecieran Fernando y Ramiro. Jamerson
incliné la cabeza con deferencia y corrié hacia el joven. “Sr. jSantander,
bienvenido! Es un honor recibirlos en nuestra pequefia y humilde fabrica“.
“Es usted muy amable, Sr. Jamerson®, respondi6 cortésmente Fernando.
Jamerson lo llevé inmediatamente a la sala de reuniones del segundo piso para
que pudieran hablar sobre la adquisicion de la fabrica.
Mientras tanto, Sabrina se dirigia al taller con los brazos llenos de borradores.
Se encontré en una habitacion célida. Sus ojos recorrieron el taller mientras
buscaba al supervisor.
El hombre estaba dando instrucciones a uno de sus empleados.
Sabrina se dirigi6 directamente al hombre y le entregé el borrador cortésmente.
Iban a necesitar eso para hacer un patron.
La irritacion recorri6 al hombre al instante. Detestaba las interrupciones mientras
trabajaba. Pero tan pronto como se dio la vuelta y vio a Sabrina, sus ojos se
iluminaron al instante. Este no era uno de su personal. Ella era hermosa.
De hecho, parecia un angel que acababa de descender sobre la tierra. El
hombre casi comenzé a babear al ver a Sabrina.
Mir6 sin pestafiear a la joven. Sabrina se encontrd retorciéndose bajo la mirada
del hombre. Ella tosi6 torpemente. “Sefior, estos son los borradores de Alta
Costura JK. Son nuestros tltimos disefios. Los necesitamos listos para el
préximo lunes. ¢Serés capaz de hacerlos
entonces?
“Por supuesto®, respondio6 el hombre facilmente. Siempre fue un placer hablar
con una bella dama. No habia forma de que él rechazara cualquieraBooks
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de sus solicitudes.
“Muchas gracias.” El corazon de Sabrina se tranquilizé cuando escuché las
palabras del supervisor.
“De nada.” El hombre mir6 a Sabrina descaradamente y no dejaba de mirarla.
Parecia estar desvistiéndola con los ojos. Sabrina podia sentir los pensamientos
que pasaban detras de esos ojos hambrientos.
Sinti6 que se le revolvian las entrafias, pero no podia decirle que se detuviera.
“Me iré entonces".
Tenia que llegar a la siguiente fabrica.
4
El hombre no queria que ella se fuera todavia. No habia terminado de hablar con
la hermosa mujer. “Por favor espera un segundo. Creo que hay algo mal con los
borradores. ¢Podrias entrar a mi oficina por un momento?”
Empez6 a conducirla hacia una habitacién cercana.
Sabrina no queria quedarse aqui ni un momento mas. Tenia que llegar a la
préxima fabrica para su proxima entrega de inmediato.
Pero habia mencionado un problema con los borradores. ¢Y si estaba diciendo
la verdad?
Las consecuencias serfan inimaginables.
La joven se armé de valor y siguié al hombre a su oficina