Capítulo 328
Ricardo frunció el ceño, contrariado.
Ahora que le car bien al señor Ramos, si sólo le hacemos una fiesta de cumpleaños a Mati, segure que el señor Ramos
quedará descontento.
Beata se enfureció y apretó los dientes, ¿Qué tiene que ver conmigo si Leonardo está satisfecho o no? La fiesta de cumpleaños
de Mati es asunto de nuestra familia. ¿Quiere inmiscuirse en nuestros asuntos familiares?
Al ver su desacuerdo, Ricardo se enfadó al instante y le dijo: O llamas a Natalie y le pides que vuelva para la fiesta de
cumpleaños, o no organizas esta fiesta, ¡tú eliges!
Ricardo, sabes que no me gusta Natalie, tienes que obligarme, ¿verdad?
Ricardo no le hizo caso, se dio la vuelta y se fue.
Beata lloró mucho tiempo sentada en el sofá, se calmo y llamó a Matilda para contárselo.
Al oírlo, Matilda no sólo no se enfadó, sino que sonrió y dijo: -Mamá, no pasa nada. Puedes llamar a mi hermana, Hámala para
que asista a la fiesta.
Beata se sorprendió un poco.- ¿No estás enfadada?
-¿Por qué estoy enfadada? Tengo algo que hacer ahora mismo, te dejo.
Al colgar el teléfono, Matilda miró a Tadeo con una sonrisa, Tadeo, ¿has decidido cooperar conmigo?
Tadeo contestó con frialdad, -¿En qué me beneficia cooperar contigo?
Matilda rió y dijo palabra por palabra: -Tengo información sobre el Grupo Ramos, a ti te debe interesar mucho.
Tadeo permaneció callado un rato, mirando a Matilda con desconfianza.
He oído que a Leonardo te gustaba mucho, ¿por qué me ayudas de repente? Es una conspiración diseñada por Leonardo y tú,
¿verdad?
Matilda hizo una mueca, con odio en los ojos, -Antes sí me gustaba, pero ahora está enamorado de Natalie, y estamos
prometidos, así que ayudándote a ti también me estoy ayudando a mí.
Si Tadeo llegara a ser presidente del Grupo Ramos, ella también sería más honorable.
-¿No tendrás miedo de que te eche cuando gane a Leonardo?
Matilda enarcó una ceja. -¿Lo harías?
-Por supuesto que no.
Se sonrieron y Matilda dijo despacio: Tengo una sorpresa para ti el día de mi cumpleaños.
-¿Qué sorpresa?
Matilda negó con la cabeza: -Te dije que era una sorpresa, cómo puedo decirtelo ahora.
Entonces espero.
A la hora de comer, Natalie recibió una llamada de Beata.
-La semana que viene, el día de tu cumpleaños y de Mati, tu padre y yo vamos a organizar una fiesta de cumpleaños para
ustedes en casa.
«¿Una fiesta de cumpleaños?»
Pero esta vez, Natalie no dejó que su idea se hiciera realidad.
Sonrió y dijo: -Sí, pero no me gustan los colores brillantes, que la decoración sea sencilla. No me gusta la tarta de chocolate,
todos los años ha sido de chocolate, cambiémosla este año por una de vainilla.
Justo después, Beata dijo con una voz enfadada.
-¡Natalie, no pidas tanto!
Natalie enarcó una ceja, -¿Es demasiado?
-Señora Jiménez, has.dicho que era una fiesta de cumpleaños para mí y para Matilda, ¿no? ¿Es una fiesta de cumpleaños si ni
siquiera puedes preparar mis cosas favoritas?