Capitulo 120
La criada se dirigi6 a la habitacién para cuidar de Sabrina.
Después de que la sopa de jengibre en la mesita de noche se enfrié un poco, la
criada ayudo con cuidado a la inconsciente Sabrina a levantarse en un intento
de darle la medicina.
Sin embargo, Sabrina estaba inconsciente y no pudo hacer que Sabrina abriera
la boca.
La sirvienta le dio a Sabrina con cautela la sopa de jengibre, pero fue imposible
separar los dientes de Sabrina.
La criada no sabia qué hacer. Ciertamente no podria forzar la sopa de jengibre
en la boca de Sabrina.
Si algo saliera mal, el Sr. Santander podria enojarse por eso.
La criada contemplé atentamente antes de buscar el consejo del Sr. Santander.
Después de todo, el Sr. Santander fue quien trajo a la dama a casa, lasi que él
era la mejor persona para preguntar!
La criada colocé a Sabrina en la cama antes de consultar con el Sr. Santander.
La mucama fue a la sala y vio a Fernando sentado con la espalda recta en el
sofa mientras miraba su iPad. Se acercé lentamente y dijo: “Sr. Santander, la
Sra. Bracamonte esta inconsciente, asi que no puede tragar. ¢Qué debo hacer
con el medicamento?”
Fernando levant la cabeza para mirar a la criada. “No puede tomar sus
medicamentos?”
“Como esta inconsciente, no puede abrir la boca. Es imposible darle medicina”,
dijo la criada con cautela. Le preocupaba que su jefe la encontrara incompetente
y se enfadara.
Fernando se quedo en silencio durante unos segundos y reflexioné antes de
decir: “Entendido.
En el momento en que terminé su oracion, dejo su iPad antes de levantarse y
dirigirse a la habitacion.
La criada lo sigui6 rapidamente.
Después de ver a Sabrina, la criada pregunto: “Sr. Santander, ¢ qué debemos
hacer?
Fernando bajo los ojos mientras miraba a la palida mujer acostada en la cama.
Después de un tiempo, ayudé a Sabrina a levantarse y le apret6 la barbilla para
abrir la boca antes de beber un poco de sopa de jengibre con el medicamento
antipiretico y forzarlo en su boca justo en frente de la criada.
La sirvienta de mediana edad no pudo evitar sentirse timida y sorprendida al
presenciar como Fernando le daba medicina a Sabrina a la fuerza.
Los jévenes en estos dias pueden ser tan atrevidos, especialmente un CEO
dominante como el Sr. Santander.
La sirvienta era demasiado timida para seguir mirandolo besar a Sabrina, por lo
que sali6 silenciosamente de la habitacion y cerré la puerta detras de ella.
Fernando continu6 abriendo la boca de Sabrina con la punta de la lengua
mientras forzaba la sopa de jengibre y el medicamento en su garganta.Books
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Su lengua estaba ligeramente caliente y sabia amarga por la medicacion.
Aunque Sabrina estaba inconsciente, pudo detectarlo.
Podia sentir algo célido dentro de su boca. También habia un leve indicio de
cigarrillos en su boca.
Se sentia mal, por lo que instintivamente gimié mientras murmuraba: “No...
detente... detente...”
¢Por qué quieres que me detenga?” Fernando se sentia adicto a alimentarla con
medicina. “Eh? ¢Por qué quieres que me detenga? Pequefia zorra.
Los labios de la mujer eran tan suaves.
Estaban tan tiernos que se sentia como si estuviera comiendo gelatina.
Sus labios sabian dulces como un pequefio pastel de fresa.
Fernando no podia tener suficiente de ella y besarla le hizo perder todo el
autocontrol y la razon. Incluso después de que terminé de darle la medicina, no
se movi6. En cambio, su lengua permanecio entrelazada con la de ella.
Le era imposible detenerse.
Su beso dejé a Sabrina sin aliento.
Sin embargo, estaba mareada, débil e incapaz de abrir los ojos.
No tenia ni idea de que alguien la estaba acosando,
Poco después de besarla a la fuerza sin control, Fernando finalmente se dio
cuenta de lo que estaba haciendo.
Reprimi6 sus impulsos naturales e instantaneamente la dejo ir antes de colocarla
suavemente en la cama.
Se levantd, la tap6 con la manta y sali6 de la habitacion.
Realmente debe estar volviéndose loco,
(Era este deseo?