Big Novel

Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)

Capitulo 119

La criada rapidamente cambi6 a Sabrina por la camisa blanca de Fernando y
seco el cabello de Sabrina.

Después de cambiarla, la criada limpi6 el agua de la cara de Sabrina.

La criada finalmente pudo ver de cerca a la mujer que el Sr. Santander habia
traido a casa esta noche.

Era tan hermosa que parecia una celebridad.

Sabrina tenia una piel clara y perfecta. facciones exquisitas y cabello largo y
seductor.

La criada mir6 a Sabrina un par de veces y no pudo evitar sentirse impresionada
por la buena apariencia de Sabrina en su corazén. Fernando nunca trajo a una
chica a casa, pero en el momento en que lo hizo, ella era hermosa.

Por otra parte, Fernando era el hombre més rico de Trujillo, por lo que muchas
mujeres competian por estar con él y podia tener a cualquiera.

Esta joven debe considerarse afortunada de que el Sr. Santander le haya
tomado carifio.

“Ve a hacer primero una sopa de jengibre mientras yo examino a la sefiora
Bracamonte, le dijo el médico privado a la mucama. Ahora que la criada habia
terminado de cambiar a Sabrina, sacé su estetoscopio y equipo para examinarla.
Después de que terminé de examinar a Sabrina, confirmé que no estaba
gravemente enferma.

Parecia tener una constitucién débil y se desmayo después de permanecer bajo
la lluvia.

¢ Por qué tenfa una constitucion tan débil a tan corta edad?

No habia equipo médico avanzado aqui para probar su condicién mas a fondo,
por lo que no estaba seguro. Como solo tenia fiebre y no era grave, el médico
sac6 un antipirético de su bolso y se lo entregé a la mucama para que se lo diera
Sabrina junto con la sopa de jengibre y controlara su temperatura
periédicamente.

Todo estaria bien una vez que la temperatura del paciente volviera a la
normalidad.

La criada asintié solemnemente al médico y colocé el medicamento en la mesita
de noche para darselo a Sabrina mas tarde.

El médico sali6 a informar su diagnéstico a Fernando.

La sala de estar estaba justo afuera del dormitorio. Fernando estaba sentado en
el sofa de cuero de la sala revisando su iPad para asuntos relacionados con el
trabajo.

La sala de estar estaba brillantemente iluminada y hacia que el perfil del hombre
fuera ain mas hermoso.

El médico privado se acerco lentamente con su botiquin médico antes de
pararse junto a Fernando y se inclino reverentemente para informar su
diagnéstico de Sabrina, “Sra. Bracamonte solo tiene un poco de fiebre. Después
de que tome el antipiretico, solo verifique si su temperatura baja”.

Fernando asintié al escuchar lo que decia el doctor. “De acuerdo. Eso es todo.
Te puedes ir.”

“Si, sefior Santander”. El médico estaba a punto de darse la vuelta y marcharse
con su botiquin cuando de repente record6 la — constitucién débil de Sabrina. Su
condicién no se parecia a la de un recién graduado. En cambio, su condicién
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es. Simplemente no tenia sentido. ¢ Como podria haber dado a luz una recién
graduada de poco més de veinte afios?

El médico privado no se atrevié a decir mas. Dado que el Sr. Santander habia
traido a la Sra. Bracamonte a casa, seria vergonzoso para el Sr. Santander si
levantara sus sospechas de que la mujer habia dado a luz anteriormente.
Decidi6 guardarselo para si mismo y simplemente sugirié: “Sr. Santander, la
sefiora Bracamonte tiene una constitucion débil y necesita suplementos”.
Fernando no sabia de su débil constitucién. Fruncié el cefio cuando pregunté:
“¢ Qué quieres decir?”

“Tal vez le falté alimento Gltimamente. Necesita complementos destinados a las
hembras que nutran su sangre. Puedes ayudar preparandole una sopa nutritiva.
Ademas, le enviaré a la Sra. Bracamonte algunos medicamentos del hospital
destinados a personas con tales condiciones”.

“De acuerdo.” Fernando asintié y el médico privado se fue.

Después de

que el médico se fue, Fernando se gir6 para decirle a la mucama: “¢ Escuchaste
lo que dijo el médico?”,

La criada asinti6 apresuradamente. “Sr. Santander, lo tengo. Le hare a la Sra.
Bracamonte una sopa nutritiva mafiana”.

“Bueno. Adelante-reconocié Fernando en voz baja. Parecia no tener intencion de
controlar a Sabrina. En cambio, continu6é mirando su iPad.

La criada no se demor6 y rapidamente entr6 en la habitacién para cuidar de
Sabrina.

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