Big Novel

Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)

Capitulo 159

1

El ama de llaves tenia algunas botellas de té de hierbas listas en la mesa de
café cuando Sabrina entré en la sala de estar. “Milisegundo. Bracamonte, Sr.
Santander me instruy6 para preparar esto. Por favor llévatelos contigo cuando te
vayas.

“Son buenos para ti".

El ama de llaves parecia una mujer amistosa, pero Sabrina no pudo evitar que la
tension le tensara los hombros. Una arruga fruncié el cefio. Ella no necesitaba té
de hierbas.

Si queria alguno, podia conseguirlo ella misma.

No iba a aceptar nada de Fernando.

“Gracias”, dijo Sabrina cortésmente. No podia contarle sus pensamientos
honestos al ama de llaves. No fue culpa de la mujer.

Tengo que volver al trabajo. Por favor, hdgamelo saber si necesita algo.”

La joven asintio.

El ama de llaves regresé al comedor. Tenia que preparar el desayuno para
Fernando y Sabrina. Sabrina se senté con cuidado en el comodo sofa de la sala
y esper6 a Fernando.

Todavia estaba en su dormitorio, cambidndose de ropa.

-Diez minutos después, Fernando salié de su dormitorio. El joven vestia ropa
deportiva comoda e informal.

Era un look realmente casual.

Sin su habitual camisa blanca almidonada y pantalén negro, Fernando no
parecia tan distante e imponente. Con su ropa deportiva informal, parecia casi
amigable y accesible.

Sabrina no pudo evitar que sus ojos se detuvieran en el hombre.

Hacia tiempo que no veia a Fernando en algo tan informal.

No permitié que sus ojos se demoraran demasiado. Después de otra mirada,
retiré la mirada y esperé a que el hombre se acercara a ella.

Fernando camino lentamente hacia la joven, luego se sentd y se acomodo en el
sofa. “4 Qué te gustaria para el desayuno? Hare que el ama de llaves lo prepare.
“Estoy bien con cualquier cosa”. Sabrina preferiria no desayunar con Fernando
en primer lugar. Luché por mantener la compostura y finalmente logré decir con
una voz que no traicioné su miedo y ansiedad: “Sr. Santander, este vestido le
quedara mejor a otra persona. Te lo devuelvo.

Sabrina colocd el vestido sobre la mesa de café.

“Es un regalo. No lo quiero de vuelta. Fernando miré a la obstinada mujer que
tenia delante.

“¢No tengo derecho a rechazar un regalo?” Sabrina dijo friamente.

Su respuesta hizo que Fernando se echara a reir. Que mujer mas interesante.
“Vamos a desayunar primero”.

“Por supuesto.” Sabrina no estaba interesada en tener una discusion prolongada
con el hombre por un vestido.

Se habia dejado perfectamente claro y se iba a dejar el vestido cuando se fuera.
El vestido no era lo mas preocupante en su mente. Lo que preocupaba a
Sabrina eran la mente aguda y las trampas tortuosas de Fernando.

Le preocupaba caer directaraente en una de sus trampas y terminar diciendo
algo que no deberia.

Justo como casi lo habia hecho cuando el mencioné a Joaquin.

Estaba claro que el hombre atin sospechaba que los gemelos eran sus hijos.
Iba a ser un desafio convencerlo de lo contrario.

Sabrina traté de abstenerse de hablar demasiado. Fernando no hablé en
absoluto. En cambio, simplemente estudio a la joven en silencio. Sabrina se
sinti6 como una presa. Fernando era el depredador.

Era como si fuera un lobo voraz que podria abalanzarse sobre ella en cualquier
momento y devorarla.

Para evitar esos pensamientos. Sabrina volvié los ojos hacia la vista fuera de la
ventana.

Esperaron en silencio mientras el ama de llaves les preparaba un suntuoso
desayuno.Books Chapters Are Daily Updated Join & Stay Updated for All Books
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Cuando el desayuno estuvo listo, Fernando se puso de pie. Vamos, desayuna
conmigo.

Sabrina se alejo de la ventana y le lanzé una mirada al hombre. Luego, asintié
en silencio.

Solo estaba desayunando con el hombre porque le debia lo que habia hecho por
ella durante su cena con Salvador.

Esto fue simplemente un gesto de agradecimiento.

Ella no deberia preocuparse tanto. Todo lo que tenia que hacer era desayunar.
Eso fue lo que Sabrina se dijo a si misma en privado. Eso ayudo. Ahora no
estaba tan nerviosa.

Se sentd tranquilamente a la mesa del comedor.

El ama de llaves empez6 a llenar la mesa con una suntuosa colcha.

Una vez que termind, se volvié hacia Fernando. “Por favor, disfrute su desayuno,
Sr. Santander”.

Fernando asintié y con un gesto de la mano la envié a ordenar su dormitorio.

El ama de llaves sabia que Fernando queria estar a solas con Sabrina.
Obedientemente, los dejé a los dos solos en el comedor.

Tan

pronto como el ama de llaves se hubo marchado, Fernando le dirigié a Sabrina
una larga mirada pensativa. La mujer estaba bebiendo lentamente su plato de
sopa de arroz. Las palabras que salieron de sus labios a continuacion parecieron
inesperadas y de la nada. “; No deberiamos hablar de Joaquin?”

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