Big Novel

Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)

Capitulo 160

Ahi estaba, volviendo a subir a Joaquin.

Sin embargo, Sabrina habia estado preparada para esto. Dejé el tazén de sopa
de arroz sobre la mesa. “Sr. Santander... no tienes que preocuparte por Joaquin.
Tiene a mi primo.

Fernando resoplé. Sonaba como una risa abortada. “Parece extrafar a su
padre”.

“El tiene un padre”, respondié Sabrina con frialdad. “Gracias por su
preocupacion por los hijos de mi prima, Sr. Santander, pero es innecesaria.
Tienen padres que se preocupan y cuidan de ellos”.

“¢ Es eso asi?” Fernando pregunté suavemente antes de llevar un vaso de agua
a sus labios y tomar un sorbo.

“Si”, dijo Sabrina con firmeza. Luego, se detuvo por un momento. No queria
extenderse demasiado en el tema. Sabia que Fernando tenia facilidad con las
palabras. EI hombre sabia cémo tender trampas verbales a sus victimas. Podria
dejar escapar algo accidentalmente si no tuviera cuidado. La joven decidio
cambiar de tema. “Sr. Santander, he terminado con el desayuno. ¢,Puedo irme
ahora?”

Fernando levanto el tenedor y el cuchillo de la mesa y comenz6 a cortar su
tocino. “Es el fin de semana. ¢,Por qué no se une a mi para un juego de golf mas
tarde, Sra. Bracamonte?

“Tengo mandados que hacer. Sabrina habia estado temiendo esto. Le
preocupaba que el hombre intentara retenerla. Ella habia tenido razén.

Sabes jugar al golf?” Fernando pregunté mientras saboreaba el trozo de tocino
recién asado. Parecia la viva imagen del poder y la gracia mientras comia. Su
voz era lenta y mesurada cuando volvié a hablar. “Recuerdo que los Bracamonte
eran avidos golfistas”.

Sabrina se congelé momentaneamente. El estaba en lo correcto. Los
Bracamonte jugaban al golf con regularidad. Le tomé un momento responderle al
hombre. “Yo no.”

Su padre nunca le habia ensefiado como hacerlo.

Por eso no sabia jugar al golf.

Aunque ese no era el punto. Aunque supiera jugar al golf, no estaria interesada
en jugar al golf con Fernando.

“Eso es genial. Te ensefiaré.”

La joven se quedo sin palabras.

Honestamente, el joven habia ido demasiado lejos.

Sabrina respiré hondo. “Sr. Santander, creo que te has pasado de la raya. No
estoy interesado en hacer nada que implique pasar mas tiempo contigo.
“Simplemente te estoy invitando a un juego de golf. Esa parece una solicitud
bastante razonable. Fernando se rié. Sus dedos largos y delgados estaban
extendidos sobre el cristal de la mesa. Levanto la vista y mird directamente a los
ojos de Sabrina. con sus propios ojos negros como la tinta. “Quizas la Sra.
Bracamonte se cree demasiado buena para mi empresa”.

Sabrina se encontré momentaneamente sin palabras.

Ella nunca dijo tal cosa.

“Sr. Santander, tengo una cita previa.” Sabrina no queria entrar en una discusion
con el hombre.

Ella hizo todo lo posible por rechazar la invitacion del hombre educadamente.
“Suena como una excusa para mi”, dijo Fernando. El estaba en lo correcto. “Ya
que vas a rechazarme, retractaré mi invitacion. Te estoy ordenando que te unas
a mi para un juego de golf.

La frente de Sabrina se arrugé profundamente. La incredulidad y la incredulidad
brillaron en sus ojos. “Sr. Santander...”

“Tu jefe te acaba de dar una tarea. ;Me estas diciendo que no lo estas
haciendo? Fernando preguntd con voz mesurada. “Milisegundo. Bracamonte,
eso no es profesional. Vas a rechazar una tarea que te asigné tu jefe?

A ella no le importaba el trabajo. Lo que le importaba era Fernando y verse
obligada a salir con él.

El cerio fruncido en su rostro se profundizé. El rostro de Sabrina se puso rigido
gradualmente mientras miraba al hombre que tenia delante.Books Chapters Are
Daily Updated Join & Stay Updated for All Books Updates...

Fernando la habia dejado sin otra opcién. Tendria que

renunciar pronto.

“No estas diciendo nada”, dijo Fernando. “Tomaré tu silencio como un “si’
entonces”.

Sabrina finalmente hablé. “Me uniré a usted para un juego de golf, Sr.
Santander”.

Era solo un juego de golf.

Finalmente se dio cuenta de Sabrina. Sus intentos de evitar al hombre y
mantener la distancia fueron indtiles.

Este era Fernando Santander del que hablabas.

Correr simplemente lo incitaria a ir tras de ti.

Ella

ya no estaba corriendo. Iba a renunciar una vez que terminara con el vestido de
novia de Lola. Mientras tanto, aguantaria al hombre.

“¢ Esta seguro?” Fernando parecié un poco desconcertado. Habia esperado que
ella peleara.

“Soy.” Sabrina asintié. “Como dijiste, es trabajo. No puedo negarme el trabajo de
mi jefe, ¢ verdad, sefior Santander?

Fernando sabia lo que ella estaba tratando de decir. El era el jefe y ella no podia
decirle “no’ a su jefe. EI hombre sonri6.

No dijo una palabra. El la haria ceder de alguna manera.

Advertisement