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Capitulo 162
La voz de Fernando era fra e intimidante.
Samuel se agarro la pierna herida. El lugar que habia sido golpeado palpitaba de
dolor. Estaba tambaleandose por la conmocion y la agonia por igual. “Sr.
Santander, como pudiste
¢Se habia ganado Sabrina de alguna manera el favor de Fernando?
Pero el sabia lo que habia sucedido hace un aio. Sabia que Fernando no se
habia preocupado por ella en absoluto.
De hecho, habia odiado a Sabrina por lo que le habia hecho.
No tenia idea de lo que estaba pasando en este momento.
Samuel estaba desconcertado. Tenia la firme impresién de que Fernando
detestaria a Sabrina por engariarlo para llevarlo a la cama. Pero ese no parecia
ser el caso. Parecia imposible.
¢Habia intentado Sabrina ganarse el favor de Fernando después de ese
incidente?
;Su belleza habia llamado la atencién de Fernando? Quizas el joven
simplemente buscaba pasar un buen rato.
Después de todo, Sabrina habia sido conocida por su belleza en su circulo.
Samuel no podia dejar de preguntarse. ;Qué haria que un hombre poderoso
como Fernando interviniera y viniera al rescate —de Sabrina? ;Por qué Sabrina,
una joven que habia caido en desgracia, apareceria en un club de golf
frecuentado
exclusivamente por ricos y famosos? Sélo habia una respuesta que podia
explicarlo todo.
A pesar del afio que habia pasado, Fernando nunca habia olvidado lo hermosa
que habia sido Sabrina.
El hombre habia decidido quedarse con Sabrina para si mismo.
Oleadas de disgusto y aborrecimiento amenazaron con hundir a Samuel. No
podia creerlo. La mujer habia tratado de actuar antes y pretendia ser una santa
casta como Juana de Arco.
¢,Como se atrevia a negar que era una prostituta que vendia sus servicios?
Solo mira lo que estaba pasando aqui. La verdad hablaba por si misma.
Como se atrevia a mentirle? Deberia estar orgullosa de si misma. No todas las
prostitutas tuvieron la oportunidad de prestar sus servicios a un hombre rico y
poderoso como Fernando Santander.
Honestamente, ella era toda una actriz.
Mientras Samuel estaba tirado en el suelo y agarrandose la pierna por el dolor,
una mujer joven que parecia una estudiante todavia en la universidad salt6 del
carrito de golf delante de ellos. Habia visto caer a Samuel.
Ella vino corriendo inmediatamente. La joven traté de ayudar a Samuel a
levantarse. “; Estas bien, Samuelh?”
“Alejate de mi”, grufié el hombre mientras empujaba a la joven. Samuel era un
hombre orgulloso. No le gustaba quedar mal delante de las mujeres.
Luché mientras se ponia de pie.
Tan pronto como se puso de pie, Fernando estaba hablando de nuevo con una
voz tan fria como el invierno. “Sr. Mendoza, estabas hablando de mi hace un
momento. ¢ Tienes algo que quieras decirme?”
El hombre jalé a Sabrina a su lado y luego se colocé entre la joven y Samuel. Su
forma imponente protegi6 a Sabrina de este
ultimo.
Era como si estuviera tratando de evitar que le diera al otro hombre una segunda
mirada.
Sabrina era suya
La veta de posesividad en lo profundo de sus huesos lo obligé a alejar a
cualquier hombre que compartiera la mas minima
relacioén con Sabrina
Eso incluia al hombre con el que habia estado comprometida anteriormente.
La racha protectora de Fernando fue tan dura como el dia. Despejé cualquier
sospecha que habia estado nublando la mente de Samuel El habia tenido razon.
Sabrina, esa mujer suelta, se habia enredado sentimentalmente con Fernando.
Ella era realmente algo. Ella habia hecho tal acto cuando estaban
comprometidos y fingié una inocencia virginal: jMira lo que estaba haciendo
ahora! Se estaba poniendo a si misma en venta.
Que actriz consumada era la mujer.
Samuel murmuré una serie de maldiciones viciosas y maliciosas por lo bajo. Sin
embargo, nada de eso se mostré en su rostro. Tenia una sonrisa de plastico
pegada en su rostro. “Es un malentendido, sefior Santander. Sélo un
malentendido.
No era rival para Fernando. El no iba a hacer un enemigo del hombre.
Pero no iba a dejar escapar a Sabrina tan facilmente por ponerle los cuernos.
No ayudd que el hombre con el que se habia metido en la cama lo hubiera
humillado en publico.
Llegaria un dia en que Fernando se cansaria de Sabrina.
Cuando llegara ese dia, el la arrastraria de regreso a su mansion y se saldria
con la suya.
Luego, la dejaria de lado cuando también se cansara de ella.
Juré que lo harfa. Esa era la tnica forma de hacer pagar a Sabrina por haberle
sido infiel.
“Me alegro de que sea sélo un malentendido. Sal del camino entonces. No
quiero volver a verte en este club de campo nunca mas, éme oyes? Fernando no
podia molestarse en perder el tiempo con un nifio pequefio como Samuel.Books
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Su voz era tan fria e inflexible como un glaciar.
El aire que exudaba el joven era de distancia y autoridad autoritaria.
Sabrina lo sintié. La joven estudiante universitaria que Samuel habia llevado al
club de campo también se sintié atraida por el otro joven.
Sus ojos brillantes miraban sofiadores a Fernando,
No pudo evitar pensar que era guapo y poderoso.
Samuel no podia compararse con el hombre en absoluto. Solo era un perdedor.
Samuel también era un bruto. No habia olvidado que el hombre la habia
empujado a un lado hace un momento.
La estudiante universitaria no pudo evitar comparar a los dos hombres. Eran
mundos aparte. Fernando parecia un galan. Sus ojos brillaban con adoracién
mientras miraba a Fernando.
Estaba a un pasq de pedirle su nimero a Fernando.
Mientras la universitaria se ocupaba de hacerle ojitos a Fernando, Samuel la
miraba a ella. Podia notar que su compariero miraba a Fernando como si éste
colgara la luna. La ira se agité en sus entrafias. Extendié la mano, envolvi6 sus
dedos
alrededor de la mufieca de la joven y la arrastré con fuerza.