Capitulo 196
Sabrina continué de pie en el balcén y miré hacia abajo a los vehiculos que
pasaban por la concurrida calle. Se habia calmado gradualmente del panico
anterior. ; Quién podria ser el que la incrimin6 esta vez? No podian ser las
costureras del departamento de fabricacion. ;Fue alguien de la empresa? No
tenia pruebas ni pistas que pudieran revelar quién era el culpable.
Sabrina reflexioné un poco mas antes de decidir que era hora de bajar para
esperar al Sr. Hamilton. Ella recordé sus pensamientos y caminé hacia la sala de
estar.
Elena not6 que Sabrina parecia preocupada por lo que pensé que Sabrina
estaba meditando sobre la visita de Fernando la noche anterior. Elena sacé a los
nifios de la habitacion y pregunté: “Sabrina, esta todo bien? ; Te molesta el
incidente con Fernando?
“No.” Sabrina forzé una sonrisa porque no queria que Elena se preocupara por
ella. “Tia Elena, estoy bien. Voy a dejar de fumar pronto.
También nos mudaremos de este lugar. Sr. Santander es después de todo el
CEO. Seguramente, él no seguiria molestandome, ¢ verdad?
Elena estuvo de acuerdo con el punto de Sabrina. “Entonces ve a lavarte y ven a
desayunar”.
“De acuerdo.” Sabrina asinti6 y acaricié suavemente las mejillas de la gemela
antes de ir al bafio para lavarse rapidamente.
Se dispuso a amamantar a los mellizos primero antes de alimentarse a si
misma. Se estaba quedando sin suministro de leche, por lo que solo enganché a
los nifios una vez al dia. Tendrian que destetarse por completo en un par de
dias,
Sa mente estaba ocupada con el asunto que Javier le menciond esta mariana.
Fue solo cuando Carmen se atraganté con la leche que Sabrina volvié al
momento presente. Puso a Carmen erguida y le dio unas palmaditas en la
espalda.
Después de que terminé de alimentar a los gemelos, engullé unos cuantos
bocados de avena y bajo las escaleras.
Mientras ella estaba abajo, Fernando envié un mensaje de texto. [Ire a buscarte
alas8am.]
Fernando no se enojé con Sabrina por la bofetada que le dio ayer. En realidad,
sintié que habia sido paciente con Sabrina recientemente. Una posible razén
podria ser que apenas conocié a una mujer que fuera tan intrigante. De hecho,
esa bofetada no fue gran cosa.
Sabrina ley el mensaje pero no quiso responder y simplemente lo ignord.
Caminé hasta la puerta del apartamento para la llegada de Javier.
Esper6 unos quince minutos y pronto serian las 8 am cuando el Sr. Hamilton
llegé en su Audi.
El coche se detuvo gradualmente ante ella. Javier bajo la ventanilla de su auto y
le pregunté a Sabrina: “; Ya comiste tu desayuno?”
“Si he comido.” Sabrina respondié apresuradamente.
“No lo he hecho. Hay algln lugar por aqui que venda desayunos? preguntd
Javier mientras bajaba de su auto.
“El supermercado cercano vende algunos sandwiches. No hay muchas opciones
por aqui. Sabrina le mostré el camino.
Caminaron por la acera uno al lado del otro. Javier se volvié y la miré. Supuso
que todavia estaba preocupada por el incidente por la expresion de su rostro y
traté de consolarla. “Creo en ti. No lo pienses demasiado. Todo quedara claro
después de la investigacion”.
Sabrina asintié con la cabeza en silencio. No podia pensar en ninguna solucién
al problema en este momento, por solo podia pedirle ayuda a Javier.
Llegaron al supermercado y Javier compré un sandwich y un pequerio cartén de
leche. Regresaron a donde estaba estacionado el auto.
lo
que
Llegaron al automévil justo a tiempo cuando llegé el Bentley negro de Fernando.
El lujoso automévil habia llamado la
atencion de los transeuntes, ya que no era un avistamiento comtn en la antigua
vecindad. ;Quién era el duefio de un auto tan caro? La gente se reunié para
comprobarlo, pero a Fernando no le importaba mas, ya que su atencién estaba
totalmente en Sabrina, que estaba a punto de subirse al Audi que tenia delante.
Javier puso en marcha el motor y se alejo.Books Chapters Are Daily Updated
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Fernando dijo con un tono frio: “Sigue al coche de delante”.
No podia decir que Sabrina era en realidad bastante popular entre los hombres.
Parecia que su competencia por la mujer que amaba seria alta.
Los dos coches circularon uno tras otro por la ciudad hasta llegar al
aparcamiento subterraneo del Grupo Santander.
Sabrina solo noté a Fernando cuando se ape¢.
Fernando vestia su habitual camisa negra con pantalones de traje negros y un
reloj mecanico negro que valia al menos un millén en su mufieca. También se
habia apeado y permanecia de pic junto al Bentley.
El aura que venia del CEO era autoritaria, como si se fuera a tragar viva a
Sabrina. Incluso Sabrina, que estaba parada a tres metros de distancia, podia
sentirlo.
La agenda de Sabrina era discutir sobre Ia filtracion de los detalles del
compromiso de Lola. Ahora no podria preocuparse mas por Fernando. Se dio la
vuelta para irse con Javier para hablar sobre los préximos pasos de regreso en
Alta Costura JK.