Big Novel

Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)

Capitulo 197

Parecia que cuanto més intentaba evitar Sabrina, mas probable era que se
interpusiera en su camino.

Mientras Sabrina caminaba hacia el vestibulo del ascensor con Javier, Fernando
también se acerco lentamente. No le haria nada mientras estuvieran en las
inmediaciones del grupo Santander. Mantuvo el comportamiento de un caballero.
Estaba interesado en Sabrina y deseaba conocerla mejor, pero eso era todo. No
fue hasta el punto de enamoramiento. Fernando sabia que no debia reaccionar
violentamente ante Javier, que casualmente caminaba junto a la mujer que
admiraba. Habia superado la edad de un adolescente imprudente. Con su
asistente, caminaron tranquilamente hasta el otro lado del vestibulo del ascensor
y esperaron.

Por otro lado, Javier se fij6 en el director general y se acercé a saludarlo por
formalidad. “Buenos dias, Sr. Santander.”

Era natural que Sabrina, que caminaba detras de Javier, también saludara al
director ejecutivo. “Buenos dias, Sr. Santander.”

Fernando los saludé a ambos brevemente, pero sus ojos se volvieron vidriosos
hacia Sabrina por un momento.

Mientras esperaban el ascensor, de repente, un joven salié de la nada. Tenfa un
pario negro atado alrededor de su rostro, cubriendo su boca y sostenia una
botella de vidrio en su mano. Grité mientras cargaba contra Sabrina.

Era el fan acerrimo de Lola. Tan pronto como se inform la noticia del
compromiso de Lola, no pudo aceptar el hecho de que alguien filtré la noticia y
queria vengarse de la persona por hacerlo. Naturalmente, Sabrina, que era la
diseniadora de JK. era la mayor sospechosa. Aparecié en el edificio de oficinas,
queriendo darle una leccién al culpable para que se mantenga en silencio sobre
tales noticias y no traiga rumores innecesarios a su diosa.

Todos, incluida Sabrina, se sorprendieron, todos excepto Fernando, que tenia su
atencién centrada en el atacante mientras se acercaba a Sabrina. En una accion
rapida, se par6 frente a Sabrina, tomé su mano con su mano grande y célida y
tiré de ella detras de él. El atacante levanté la mano con la botella de vidrio.
Fernando pate al atacante rapidamente en el pecho y se escuché un crujido
posiblemente de un hueso fracturado. Su certero ataque hizo que el atacante
cayera al suelo, gimiendo de dolor.

Fernando se habia entrenado en boxeo anteriormente, por lo que fue
desafortunado para el atacante. Rodé por el suelo con la mano en el pecho.
Tenia tanto dolor que apenas podia gemir mas.

Sabrina observ al hombre en el suelo y lentamente volvié a sus sentidos. Mir
al hombre frente a ella que la protegia frente al dario. Su corazon latia, pero
rapidamente lo descarté como una anormalidad.

Intenté apartar la mano del agarre de Fernando, pero el agarre era demasiado
fuerte y él no tenia intencion de soltarla.

Sabrina entré en panico y le insinué suavemente. “Sr. Santander, estamos en el
edificio de oficinas”. Sabia que Fernando no le haria nada mientras estuvieran en
el edificio.

Cuando Fernando la escuchd, volvié la cabeza y la miré. El solté lentamente su
mano, tal como ella habia pensado que loBooks Chapters Are Daily Updated
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haria.

Tan pronto como su agarre se aflojé, Sabrina retiré su mano y la acaricio
suavemente con la otra mano.

Javier también se recuperé del susto, por lo que se perdio la parte en la que
Fernando estaba agarrando a Sabrina. Se acercé a Sabrina para comprobar si
estaba bien. En este punto, el atacante de repente se levanté de nuevo. Soporté
el dolor y levantd la botella de vidrio hacia Sabrina. “ISabrina Bracamonte,
inalvada disefiadora intrigante! {Como te atreves a exponer los detalles del
compromiso de nuestra Lola! Voy a matarte!”

El hombre rugié mientras bajaba la botella de vidrio. Conmocionada, Sabrina
traté de esquivarla, pero antes de que pudiera hacerlo, el hombre frente a ella
estird su brazo para bloquear la botella de vidrio. El sonido del vidrio
rompiéndose fue fuerte en el vestibulo cerrado del ascensor. A continuacioén se
oy6 una exclamacion del ayudante de Fernando. “Sr. {Santander, te sangra la
mano!”

Sabrina se gird lacia Fernando, todavia estupefacta por lo que acababa de
pasar. En el dorso de la mano de Fernando habia un largo corte del vidrio roto y
la sangre brotaba.

Mirando a Fernando, el extrafio latido en su corazén actué de nuevo por una
fraccion de segundo. Como Sabrina sabia que

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