Capitulo 55
“Milisegundo. Bracamonte, permiteme que te envie de vuelta. Fernando no tuvo
més remedio que ceder ante su abuela.
Naturalmente, sabia que ella le estaba insinuando que llevara a Sabrina.
Sin duda, le habia tomado carifio a la joven.
Sin embargo, ¢cémo podria enamorarse de una mujer intrigante como Sabrina?
Ninguna cantidad de insinuaciones de su abuela lo haria considerar salir con
Sabrina.
Sin embargo, procedié a llevar a Sabrina sin oponerse a los deseos de su
abuela en la superficie.
Sabrina se sorprendié de que aceptara enviarla a casa. En el momento en que
vio la desgana en sus ojos, supo que solo estaba siendo
condescendiente con Mdm. Santander.
Ella tomé su bolso y lo siguié en silencio sin decir una palabra.
En cualquier caso, podria regresar sola una vez que estuvieran fuera de la
vista.
Los dos salieron de la residencia uno tras otro sin ningtin sirviente siguiéndolos.
Sabrina mir6 el cielo oscuro antes de caminar hacia el hombre y decir con
reverencia: “Sr. Santander, gracias por la cena. Puedo regresar por mi
cuenta.
En el momento en que termind su oracion, sali6 corriendo como un conejo.
Fernando la miré. Por alguna razon, sinti6 que la mujer era
inexplicablemente fascinante mientras caminaba bajo las tenues luces de la
calle. El entrecerré los ojos, la agarré de la mufieca y dijo: “Vamos. Te daré un
paseo.
“¢ Eh?" Sabrina se sobresalté cuando el hombre de repente tomé su mufieca. Al
instante se echo hacia atrés sorprendida y dijo: “Sr. Santander, esta bien.
El hombre no la odiaba?
Ni siquiera podia soportar verla. ¢ Por qué de repente se estaba ofreciendo a
llevarla?
¢Por qué estaba incluso tirando de su mano?
Sabrina encontré esto increible, pero ahora no era el momento de resolverlo.
Luché por liberarse del agarre de Fernando, pero él se negé a soltarla y la
abrazé con mas fuerza mientras le decia con frialdad: “Si sigues luchando, te
arrojaré a la calle”.
Su amenaza instantaneamente funcioné en una joven como Sabrina y ella se
calmo sin atreverse a moverse.
Ella fruncio el cefio levemente antes de seguirlo a su Bentley negro.
Fernando abri6 la puerta del asiento trasero y la empujé adentro antes de
entrar.
El chofer que esperaba afuera del auto los miré a los dos y subi6 sin decir una
palabra.
El motor arrancé en poco tiempo.
Fernando no miré a Sabrina. Siguié mirando al frente mientras preguntaba
suavemente: “Sra. Bracamonte, ¢adénde vas?
“Y-yo quiero ir a casa“. Era la primera vez que Sabrina tomaba el auto de
Fernando y era un lujoso Bentley nada menos.
No pudo evitar sentirse nerviosa, asi que se mordié el labio mientras respondia.
“¢ Donde vives?” Un pensamiento cruzé de repente la mente de Fernando. Su
voz permanecio suave mientras se reformulaba a si mismo con frialdad
en un tono distante: “¢ Todavia vives con los Bracamonte?”
“No, no lo hago“. Sabrina se rascé suavemente el dorso de la mano mientras se
decia a si misma que debia mantener la calma. Ella procedié a darle la direccién
de alglin apartamento al azar. Solo déjame en Gracie Court.
No divulgé la direccién de Elena porque no queria correr el riesgo de tener
problemas.
Sin embargo, Gracie Court estaba cerca y solo a cinco o seis minutos a pie de la
casa de Elena.
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Fernando no conocia el lugar.
Dado que era solo una propiedad residencial comun, era poco probable que él lo
supiera.
Sin embargo, era la menor de sus preocupaciones y simplemente queria
enviarla de vuelta.
El resto del viaje transcurri6 en silencio.
Aunque algunas personas pueden encontrar este silencio sofocante, a Sabrina
le pareci6 perfecto no tener que hablar con él.
El podria acusarla de seducirlo si intentaba tener una pequefia charla.
No apreciaba las acusaciones falsas, por lo que el silencio era perfecto.
El auto se detuvo en Gracie Court 20 minutos después.
Justo cuando Sabrina estaba a punto de bajarse del auto, jJavier llamé para
decir que estaba en camino a recogerla!