Capitulo 65
¢Por qué Mdm Santander invitarfa a almorzar también a Fernando?
Sabrina preferiria suicidarse que almorzar con el hombre.
La joven sali6 de su estupor momentaneo y esbozé una sonrisa rigida a la
anciana. “Gracias por la invitacion, Sra. Santander. Lo siento mucho, pero no
creo que pueda unirme a ustedes para almorzar.
La anciana sabfa que Sabrina era simplemente timida. Ella le sonrié. “No te
preocupes, puedo hablar con Javier. El no impedira que te unas a nosotros para
el almuerzo.
Sabrina podia sentir que su corazén daba un vuelco. Javier no era la razén por
la que rechazaba la oferta de unirse a Mdm Santander y Fernando para
almorzar.
La razén por la que lo estaba haciendo era porque no queria almorzar con ellos
en absoluto.
Sin embargo, no podia decirle la verdad a la anciana. Sabrina se estrujo los
sesos furiosamente mientras trataba de pensar en otra excusa. “Sra. Santander,
tengo una cita esta tarde. Es por eso que no puedo unirme a ustedes para el
almuerzo.
“¢ Es eso asi? Qué casualidad.” La anciana parecié abatida cuando escuchd
eso. “Hice un viaje a la Torre del Grupo Santander solo para poder almorzar
contigo.
Parecia terriblemente alterada. Sabrina sinti6 que la asaltaban olas de culpa.
La joven se mordi los labios. “Vamos a almorzar otro dia, sefiora Santander".
“Bien entonces.” La anciana no podia arrastrar a Sabrina para almorzar con ella
cuando esta ultima le habia dicho que tenia algo que atender. Pero no pudo
evitar que una pizca de decepcion se filtrara en sus palabras. “Honestamente, no
estoy seguro si Fernando va a tener tiempo para acompafiarnos a almorzar.
Simplemente mencioné su nombre de pasada.
Se unirfa a nosotros si tuviera tiempo. Pero si no lo hizo, supongo que tendré
que almorzar solo..."
Sabrina se quedé en silencio.
Tenia la sensacion de que la anciana estaba a punto de convencerla de hacer
algo que ella realmente no queria hacer.
Ella tenia razén. Terminé reuniéndose con Mdm Santander para almorzar.
Después de todo, no tenia nada preparado para el almuerzo.
Habia sido una excusa.
Ella no podia creerse a si misma. Ella cedi6 cada vez. Ella era tan tonta.
Sabrina honestamente no podia creer lo que estaba haciendo. Entonces recordd
lo que habia dicho la sefiora Santander. Fernando podria no unirse a ellos.
Después de todo, era un hombre ocupado. Tenia sentido que no tuviera tiempo
para almorzar con ellos.
-Deberia calmarse y dejar de saltar en cada sombra.
La probabilidad de que Fernando apareciera para almorzar con ellos era
increiblemente baja.
Probablemente estaba inundado de trabajo.
La idea de eso tranquilizé a Sabrina.
Pronto, llegé la hora del almuerzo. Salieron Sabrina y Mdm Santander. Este
dltimo habia hecho una reserva en un restaurante elegante.
Habia pedido una suite privada.
Fue un gran restaurante. La decoracion estaba elegantemente hecha y el lugar
era tranquilo.
La comida era deliciosa.
El hecho de que Fernando no apareciera hizo todo infinitamente mejor.
Mdm Santander habia llamado al joven hace un tiempo y le habian dicho que
estaba ocupado y no podia acompafiarla a almorzar. El corazon de Sabrina
volvié a descansar en su pecho al instante. Sus preocupaciones se disiparon, se
permiti6 relajarse y comenzé a disfrutar de su comida con la anciana.
La anciana no parecia especialmente afectada por la ausencia de Fernando.
Parecia feliz de tener a Sabrina con ella.
Debe estar muy sola.
Fernando estaba ocupado con el trabajo. También lo estaban sus padres, que se
ocupaban de sus negocios en el extranjero.
Los otros nifios de la familia también estaban ocupados con su trabajo y su vida.
Rara vez tenian tiempo para ella.
Feliz de que alguien pasara un rato con ella, la anciana no dejaba de pedir mas
platos.
Las dos mujeres cenaron felices en su suite. En medio de su almuerzo, alguien
de repente abri6 la puerta de la suite privada.Books Chapters Are Daily Updated
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El hombre que se suponia que no debia presentarse para el almuerzo estaba
parado justo en frente de ellos con un traje elegante. Sabrina, retrocedié
tambaleéndose ante la vista.
Mdm Santander sonrié con alegria. “Vamos Fernando. Date prisa y toma
asiento.”
“Abuelita, ¢por qué estas arrastrando a otro de mis empleados a almorzar otra
vez?" Los labios de Fernando se curvaron en una sonrisa mientras miraba a
Sabrina. La joven habia caido en un repentino silencio.
¢ Como se las arreglé para hacerlo?
De alguna manera se habia ganado el favor de su abuela. Su abuela habia
hecho un viaje especial a la Torre del Grupo Santander para poder invitar a
Sabrina a almorzar con ella.
Fernando no pudo evitar sentirse secretamente impresionado.
Tampoco pudo evitar que las sospechas crecieran dentro de él. ¢ Era esta otra
de las estafas de Sabrina? ¢Habia engafiado de alguna manera a su abuela
para que le gustara?
El pensamiento estaba firmemente alojado en su mente. Cuando Sabrina se
excus6 en medio del almuerzo y se dirigié al bafio, Fernando hizo una excusa
similar y también salié de la suite.
El la detuvo frente al bafio y luego, con voz ronca, dijo. “Estoy impresionada,
Sra. Bracamonte®.