Capitulo 150
Fernando se quedé mirando el yo reservado de Sabrina. Su comportamiento
manso le complacié mucho.
Por un momento, parecié como si Sabrina fuera realmente su amante.
Se apart6 un poco de la joven pero mantuvo su brazo alrededor de su esbelta
cintura. Su brazo era como un tornillo alrededor de la joven que la mantenia en
su lugar. Sus ojos estaban oscurecidos por la ira, el mensaje claro en su interior.
Sabrina era suya. “Sr. Navarro, parece que no solo tienes el ojo puesto en mi
tierra. También tienes el ojo puesto en mi
amante.
La sonrisa que Salvador le dedicé a Fernando destilaba falta de sinceridad. No
tenia planes de pelearse con Fernando en publico. No queria declarar una
guerra abierta cuando no estaba seguro de sus posibilidades de derrotar a los
santandereanos. Todo lo que podia hacer era tragarse su orgullo y reir como un
mentiroso. “Sr. Santander, debes estar equivocado. No voy a poner ningin
movimiento en la Sra. Bracamonte. Estaba interesado en contratar sus servicios
como disefiador. Por eso la invité a cenar”.
“¢ Le esta prohibiendo a la sefiora Bracamonte tener una comida ordinaria con
un cliente potencial? Seguramente, usted es un hombre mas grande que eso, Sr.
Santander”. La mirada en los ojos de Salvador era astuta y calculadora mientras
miraba a Fernando a los ojos.
La revelacion de la relacién amorosa de Sabrina con Fernando lo habia
sorprendido.
Pero el momento de conmocién pronto pasé y fue reemplazado por un frio
célculo y pensamiento.
Répidamente llegd a una conclusion. Algo raro estaba pasando aqui.
La afirmacion de Fernando de que Sabrina era su amante parecia absurda.
Fue completamente ridiculo.
Salvador no creia ni una palabra de lo que decia Fernando. Fernando podia
tener a cualquier mujer que quisiera.
Sabrina era simplemente una joven deshonrada que habia sido expulsada de su
familia debido a su reputacién manchada y su moral relajada. Ella no tenia nada.
No tenia ni influencia ni riqueza. ;,Por qué Fernando estaria interesado en ella?
¢ Sabrina estaba escondiendo algo? Tal vez eso fue lo que capté el interés de
Fernando en primer lugar.
Esa era la Unica razon posible que se le ocurrié a Salvador que explicaba por
qué Fernando estaba interesado en Sabrina.
Fernando siempre se aseguré de salir del mejor lado del trato.
Naturalmente, Salvador no se iba a pelear con Fernando en publico. El seguiria
el juego.
“¢ Es eso asi? No me opongo a que Sabrina discuta el trabajo con usted, Sr.
Navarro. Pero, ¢ no seria mas apropiado si mantuvieras tu reunion de negocios
en Alta Costura JK mariana?” Fernando dijo con un acento perezoso que no hizo
nada. para ocultar el acero en su voz.
No habia forma de que Salvador pudiera mantener a Sabrina alli por mas
tiempo. Sus labios se torcieron hacia arriba mientras sonreia débilmente a
Sabrina y Fernando. “Por supuesto. Lo siento si causé algin malentendido.”
“Disculpa aceptada. Vamos”, dijo Fernando antes de arrastrar a Sabrina con él y
salir del elegante restaurante.
Salvador permanecié enraizado en su asiento. Todo lo que podia hacer era
observar como Fernando se llevaba a Sabrina. No habia nada mas que pudiera
hacer.
Sin embargo, no era un hombre especialmente generoso. Alguien le habia
robado una buena noche. No iba a perdonar y
olvidar.
Naturalmente, iba a tener un ataque.
El' hombre balanced sur brazo sobre la mesa.
Una cacofonia ensordecedora soné en el restaurante cuando los platos salieron
volando. Se rompieron en innumerables fragmentos al impactar contra el duro
suelo de marmol.
La conmocion llamé la atencion de todos. Los demas clientes del restaurante y
los camareros giraron la cabeza y se quedaron mirando.
A Salvador no le importaba que estuvieran mirando. Se solt6 el cuello de un tirén
y miré con furia el desorden arruinado de una cena frente a él. Luego maldijo en
voz alta.
El también queria a Sabrina.
Fernando podria haber ganado esta vez, pero a Salvador no le importé. Iba a
aplastar a los santandereanos.
Cuando eso sucediera, Sabrina iba a ser suya.
Mientras tanto, fuera del restaurante:
Sabrina acababa de ser arrastrada fuera del establecimiento por Fernando. La
escena hizo girar la cabeza de todos en la calle.
Tiene sentido. Fernando era uno de los hombres mas guapos de Trujillo.
También era un hombre extremadamente alto.Books Chapters Are Daily Updated
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Vestido con una camisa blanca y un par de pantalones de vestir, parecia una
estrella de cine que habia salido de una pelicula. de Hollywood.
Naturalmente, iba a llamar la atencién. Especialmente los de las mujeres.
Sabrina se dejo arrastrar por la calle. De alguna manera, terminaron en un tramo
vacio de la calle junto a una pared. Sabrina miré a su alrededor y se dio cuenta
de que no habia nadie alrededor. Fue entonces cuando solté el brazo de los
dedos de Fernando y se aparto. “Gracias por sacarme de un apuro, sefior
Santander”,
Habiendo pronunciado su agradecimiento, se dio la vuelta y estaba lista para
irse.
Fernando le dirigi¢ a la mujer una mirada larga y deliberada. “Eso es todo?
¢ Estas planeando irte?”
Tan pronto como habld, dos guardaespaldas aparecieron de la nada y se
interpusieron en el camino de Sabrina. Naturalmente, habian estado al acecho
en las sombras todo el tiempo.
Sabrina se encontro atrapada. Ella no se iria a ninguna parte pronto.
Mir6 a los imponentes guardaespaldas que tenia delante y se mordi¢ los labios.
Luego, se dio la vuelta y miré a Fernando. La expresion de su rostro era oscura.
“Sr. Santander, necesito llegar a casa”.
Fernando sacé un paquete de cigarrillos de su bolsillo sin prisa, luego sacé un
solo palo, Se meti6 el cigarrillo entre los labios y luego sacé un encendedor del
otro bolsillo. Con un fuerte chasquido, abri6 el encendedor. Una pequefia llama
broté de la punta.
La punta de su cigarrillo se encendié con un brillo anaranjado brillante.
Fernando dio una larga calada a su cigarrillo. Habia una mirada, oscura e
insondable en sus ojos. Su voz era lenta y mesurada cuando hablé. “Cena
conmigo”.