Big Novel

Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)

Capitulo 178

Hubo un silencio mortal proveniente del otro extremo de la linea. Sabrina habia
colgado.

El momento habia pasado y fue seguido por el pitido sordo de un tono de
marcado. Fernando se inclind en su silla. Todavia estaba en la oficina. Sus ojos
se oscurecieron. carmen? ¢Un secuestro? ;Que esta pasando?

El joven se quedo quieto durante unos segundos. Luego, tomd su telefono y
estaba llamando a su asistente personal en el momento siguiente. “Ramiro,
prepara el auto. Me dirijo al apartamento de Sabrina.

Fernando sonaba muy serio. Ramiro nunca lo habia escuchado tan severo
antes. El joven no se atrevié a arrastrar los pies. Respondié su jefe de inmediato.
“Por supuesto, Sr. Santander. Tendré el coche listo de inmediato.

El joven hizo exactamente eso. En cuestion de minutos, un Bentley negro salié
de la torre y se detuvo justo frente a la entrada del edificio. Todo lo que tenia que
hacer Ramiro ahora era esperar a que Fernando saliera de la Torre del Grupo
Santander.

Mientras tanto, Fernando estaba en el ascensor. El joven mir6 fijamente su
teléfono mientras le enviaba un mensaje de texto a Sabrina. “Milisegundo.
Bracamonte, ¢quién se llevé a Carmen? ;Qué sucedio?”

Después de enviar el texto, envié otro. “No te preocupes. Estoy en camino.

El joven se quedé mirando la superficie reflectante del ascensor. El estaba
pensando.

Honestamente, no confiaba en los resultados de la prueba de ADN. No habia
encontrado ninguna evidencia que demostrara que los gemelos no eran suyos.
Hasta que encontrara tal evidencia, los iba a tratar como si fueran suyos.

Por eso también estaba preocupado por Carmen.

Fernando reflexioné sobre el asunto mientras subia al ascensor. No tardé mucho
en llegar a la planta baja.

El joven sali6 del ascensor y se dirigié hacia la entrada. Mientras tanto. Pamela
habia llegado al edificio. Habia dedicado. mucho tiempo a su maquillaje hoy para
asegurarse de que se veia bien. Llevaba un vestido cefiido al cuerpo que
resaltaba su escote y sus curvas, asi como sus largas piernas. Terminaba a la
mitad del muslo. La joven llevaba una caja de bento cuando entré al edificio con
sus tacones de ocho pulgadas. Le habia preparado la cena a Fernando.

La joven habia pagado una fuerte suma a un empleado que trabajaba para el
hombre.

Ella sabia que iba a trabajar hasta tarde esta noche.

Ella tenia razon. Todavia estaba en el edificio cuando ella llegé con su caja de
bento preparada con tanto carifio.

De hecho, acababa de llegar a la planta baja cuando ella entr6 al edificio. Que
feliz coincidencia.

Los ojos de Pamela se iluminaron al ver al joven. Su corazén comenzé a
acelerarse.

Levanto el brazo y se paso los dedos por el pelo.

Luego, se dirigié directamente a Fernando. La joven se armé de valor y alzé la
voz cuando Fernando se dirigi6 a su Bentley. -“Sr. Santander, ivas a casa?
Fernando se detuvo en seco de inmediato. Se volvié y miré a Pamela. Sus ojos
no traicionaron ningtin atisbo de emocién. Sin embargo, se notaba que estaba
un poco molesto. “; Necesita algo, Sra. Bracamonte?”

“Bueno, si, en realidad”. Pamela se quedé mirando al apuesto joven frente a ella.
Su corazén no dejaba de latir. Fernando era tan guapo.Books Chapters Are Daily
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No solo era guapo. También era rico. Su familia era increiblemente influyente y
poderosa.

Si se casaba con ella, se convertiria en la esposa del hombre mas poderoso de
Trujillo.

Todas las mujeres de la ciudad estarian tratando desesperadamente de entrar
en su favor entonces.

Pensar en eso llené a Pamela de un inmenso placer.

“¢ Qué es? Estoy apresurado” Honestamente, a Fernando no le interesaba lo
que Pamela tenia que decir. Pero ella era una empleada de su empresa. No
podia rechazarla con rudeza. Eso empafiaria su reputacion.

El joven trato de que su impaciencia no se notara en su voz.

“No es nada importante, en realidad. Me enteré de que trabajara hasta tarde
esta noche. Sr. Santander, y estaba pensando. que tal vez no tenga nempo para
cenar. Es por eso que hice algo para ti, dijo Pamela recatadamente mientras
extendia los brazos y revelaba la cata de bento en sus manos

Fernando lanzo una mirada a la caja bento. No estaba interesado en absoluto.
“Gracias, Sra. Bracamonte, pero tengo algo que atender. Ya que no es nada
importante, puedes irte ahora.”

Luego, abro la puerta de su Bentley y se deslizé dentro del auto.

Pamela escuché un ruido sordo cuando la puerta se cerré de golpe. Al momento
siguiente, el Bentley aceleraba en la distancia, sus motores rugian con fuerza
mientras desaparecia por la calle.

El humo que salia del tubo de escape del auto hizo que la joven jadeara
ruidosamente durante unos segundos.

Observé como el auto de Fernando desaparecia en la noche. Un cefio profundo
arrugé su frente.

Ella no iba a darse por vencida.

Ella tendria a Fernando. Se convertiria en su esposa y en la joven amante de la
familia Santander.

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